Hernán Lombardi fue a la Cámara de Diputados a defender los 357 despidos de la Agencia Télam. Estuvo en la Comisión de Legislación del Trabajo, presidida por el pampeano Sergio Ziliotto. Poco después se conoció que el juez laboral Santiago Zarza desestimó una medida cautelar para dejar sin efecto los 354 despidos en la agencia de noticias Télam.
En Diputados, el funcionario escuchó los silbidos de un puñado de empleados, gritos de la oposición pero contó con una pequeña tribuna de diputados propios aplaudidores. La integraron los diputados Eduardo Amadeo, Cornelia Schmidt Liermann, Karina Banfi, Silvia Lospennato y Pablo Torello, en la primera fila del anexo C y encargados de proteger al titular del sistema de medios públicos y al presidente de Telam, Rodolfo Pousá, el primero en justificar la medida, publicó La Política Online. «La agencia tiene una productividad de 0.7%, 6 corresponsalías paralizadas, donde hacían 9 cables por mes. Proponemos que Télam produzca información y recupere su antiguo lema: si informó Telam es verdad», dijo.
Pousá y luego Lombardi contaron que sólo el 4% de la facturación de Telam es por ingresos propios mientras que EFE y France Presse consiguen el 40 y 60% en el sector privado.
«Era inadmisible el nivel de ausentismo, la cantidad de francos injustificados, los cobros de adicionales. El pago de indemnizaciones no fue un esfuerzo menor. Pero tenemos que hacer una empresa sustentable», dijo Lombardi.
Sobre final, confirmó que se pagó por indemnizaciones 351 millones de pesos y la más baja fue de 120 mil. «Entendemos que este paso duro pero indispensable dará comienzo a una agencia que responda a los desafíos del periodismo actual», se entusiasmó.
El kirchnerista Moreau le recordó que entre sus argumentos públicos estuvo el de un supuesto sesgo ideológico de los empleados y que entre los despedidos había 48 personas que habían hecho cursos pagos por Telam.
«¿Cuál es su plan Lombardi? Desde que está la TV pública bajó el rating como nunca, radio nacional y ahora explota Telam», le achacó.
«En la década k se escrachan opositores. No hay un caso de persecución ideológica», gritó Lombardi. Los empleados suspiraron pero recién levantaron la voz cuando Pousá admitió haber realizado un juicio contra canal 7 porque lo echaron «sin causa» en 2001. «¡Igual que a nosotros!», le gritaron.
El uso prebendario y abusivo de los recursos del Estado es una estafa a los contribuyentes y a los propios empleados, que sufren las consecuencias.
— Hernán Lombardi (@herlombardi) 11 de julio de 2018
Facundo Moyano fue el más duro. «El 26 de junio echaron a los empleados ahora dicen que harán lo que diga el Ministerio de Trabajo. ¿Por qué no dictaron la conciliación obligatoria? Porque no querían negociar y el Ministerio de Trabajo es cómplice».
«Si es cierto que había problemas operativos y era el argumento a echar. ¿Por qué no los echaron con causa? ¡No tiene humanidad! ¡No les duele nada!».
«Gastaron 3 millones en infraestructura de fotos 1 millón en un app. ¿Cuál es su plan ministro?», lo increpó el diputado del Frente Renovador y se ganó los aplausos de los empleados. Lombardi nunca le respondió, pero sí levantaron la voz sus pares de Cambiemos.
«Yo quiero que la Comisión de Libertad de Expresión trate los proyectos sobre agresiones a periodistas como Nicolás Wiñazki y Daniel Malnatti», exigió Banfi.
Amadeo exhibió una postal con la cara de Néstor Kirchner que dice haber recibido en 2009 de la agencia Telam. «Se pagó con dineros públicos», se indignó Lombardi, pero no explicó porqué no llamó a un Programa Preventivo de Crisis.
Se entusiasmó hablando de las fake news ante una propuesta del cordobés Juan Brügge. «¡Hable de los despidos!», le gritó el kirchnerista Adrián Grana.
Sobre el final tomó la palabra Ricardo Cárpena, otro directivo de Télam y dejó nuevas justificaciones a los despidos.
Habló de una ex maestra de Máximo Kirchner jubilada como periodista en Telam, de un periodista de Catamarca que hacia 6 notas por mes y de otros que usaban el material de la agencia por sitios web personales. «No atendían los teléfonos y priorizaban otros trabajos», insistió.