El cuerpo de Tamara Gómez (41), la mujer que murió luego de que le practicaron una lipoaspiración en una clínica privada de Santa Rosa, fue exhumado. En la tarde le practican la autopsia, cuyos resultados estarán en 15 días y se determinará si hubo o no mala praxis. Esa prueba es clave para determinar de qué falleció.
Gómez fue operada el pasado viernes en la Clínica Modelo de Santa Rosa. Le hicieron una lipoaspiración, una cirugía plástica que no implica alto riesgo. Sin embargo, la mujer murió 48 horas más tarde, antes de que fuera dada de alta.
La familia de la mujer hizo la denuncia penal en la que acusó a dos médicos -padre e hijo- de mala praxis y de abandono de persona. Hoy la Justicia solo investiga el primer punto: considera que no hubo abandono de persona porque estuvo atendida por médicos y enfermeras durante su internación.
Tamara fue operada por J.M., un cirujano plástico local, quien inmediatamente a la intervención viajó a Buenos Aires y dejó a cargo de sus pacientes a su padre, J.J.C.
El sábado, J.J.C. pasó por la habitación de Tamara. La mujer le dijo que se sentía dolorida y que se mareaba. El médico le dijo que la revisaría al otro día, es decir, el domingo. Pero en la madrugada de ese domingo, Tamara falleció.