Una fiesta en un pequeño departamento, en el barrio santarroseño de Villa Santillán, terminó de la peor manera: murieron dos policías federales y un agente penitenciario . Según se está determinando en las autopsias, el guardiacárcel atacó a los federales con una escopeta 12/70, en el comedor. Primero mató a uno, de espalda. Los dos federales -uno de ellos herido- corrieron al dormitorio. Mientras, el guardiacárcel recargó la escopeta. Uno de ellos murió debajo de la cama. El otro, con su pistola 9 mm que tiene una capacidad de 17 balas, hizo 12 disparos y alcanzó a herir al atacante. Pero fue ultimado. Luego el penitenciario se retiró a su departamento y se pegó un tiro en el pecho.
Cómo ocurrió el ataque que terminó con dos policías y un guardiacárcel muertos
Hubo en total unos 16 disparos -12 con una de las pistolas y entre 3 y 4 de la escopeta-. Las víctimas fueron identificadas como los policías federales Gabriel Díaz (subinspector, de 21 años y oriundo de Tucumán) y David Garnica (suboficial ayudante, de 20 años y de jujuy) y el penitenciario José Pablo Martínez (prefecto, de 43 años, de Santa Rosa).
El sangriento episodio se desarrolló a las 3 de la madrugada en un complejo de departamentos ubicados en la calle José Ingenieros 1140.
En un departamento superior vivía Gabriel Díaz. En el momento del brutal ataque, se encontraba acompañado por David Garnica -quien residía en otro departamento de la calle Perú al 800-. El guardiacárcel Martínez, en tanto, alquilaba otro de la planta baja del complejo habitacional.
En el departamento superior, dijeron los investigadores, hubo una fiesta durante la noche del sábado y madrugada del domingo. Se reunieron varios federales que, luego, se retiraron. Ya a las 3 de la madrugada quedaron solo dos, Díaz y Garnica. El penitenciario Martínez, molesto por la música que a esa hora aún se escuchaba, subió al departamento que ocupaban los federales y los increpó. En ese momento se produjo un intercambio de disparos. «Habrían sido unos quince disparos», dijo el comisario Gustavo Orozco, jefe de la comisaría Tercera.
Los dos federales murieron en su departamento y el penitenciario logró bajar y murió dentro de su departamento, agregó la fiscal Selva Poggi. Luego se supo que, si bien estaba herido, terminó suicidándose: tenía, según la autopsia, una herida de su propia escopeta en el pecho.
Los peritos retiraron tres armas: dos pistolas 9 mm -en el departamento de arriba- y una escopeta -en el departamento de abajo-.
«Creemos que puede haber sido un entredicho por ruidos molestos. Pero estamos investigando porque fallecieron los tres que protagonizaron el incidente», dijo el comisario Orozco.
El hecho, dijo la fiscal Selva Poggi, ocurrió alrededor de las 3 de la mañana. Los vecinos no dieron mayor importancia a los disparos. Recién a las 6 fueron encontrados los cuerpos. Los halló un amigo de los federales, cuando regresó al complejo habitacional.