La llamada Superfinal del Mundo se juega en la tarde de este sábado y paralizará a todo el país. River y Boca jugarán desde las 17 horas, en el Monumental, la vuelta de la final de la Copa Libertadores.
El estadio lucirá completo de hinchas del Millonario y lleno de energía. Las 66 mil almas alentarán (que recaudaron más de 100 millones de pesos, todo un récord) a sus jugadores igual que pasó en la cancha del Xeneize en la ida.
Los equipos que dispondrán tanto Marcelo Gallardo como Guillermo Barros Schelotto son un verdadero misterio, ya que poco han dejado ver de sus entrenamientos durante la preparación, haciendo rotaciones de jugadores y esquemas incluso más de una vez por práctica.
La fortaleza de Boca se sostiene en la jerarquía de sus atacantes, autores de 14 de los 15 goles en los partidos de eliminación directa de la actual edición del certamen. Dos de ellos fueron anotados por Ramón Ábila y Darío Benedetto en la ida.
En River, Marcelo Gallardo elucubra cómo atacar con las bajas por suspensión del colombiano Rafael Santos Borré y la lesión de Ignacio Scocco. Al parecer el Muñeco, que ganó la Libertadores como jugador y otra como técnico, se debate entre el colombiano Juan Fernando Quintero y el uruguayo Rodrigo Morapara acompañar a Lucas Pratto. El primero es un volante creativo, con buena pegada pero al cual se le reprochan lagunas durante el partido. Mora, por su parte, no tuvo continuidad en el último tiempo.
Los pilares de River son su arquero Franco Armani, quien atajó para Argentina en el Mundial de Rusia; los veteranos zagueros Jonatan Maidana y Javier Pinola; el capitán Leonardo Ponzio, un estratega dentro del campo, y la velocidad y desequilibrio de Gonzalo Martínez y Exequiel Palacios, dos mediocampistas que con seguridad dejarán el club a fin de año. El primero con destino al Atlanta United y el juvenil suena como refuerzo del Real Madrid.
En Boca hay varios misterios que van a resolverse cerca del inicio del partido. Agustín Rossi o Esteban Andrada en el arco. El primero fue la figura en el primer cruce con varias atajadas salvadoras. Al otro se le atribuyen más condiciones técnicas, pero volvió a atajar el pasado sábado por la liga local tras la fractura de mandíbula que sufrió en los cuartos de final ante Cruzeiro.
El lateral derecho titular Leonardo Jara no dejó buena impresión en la primera final y podría dejarle el lugar a Julio Buffarini.
Los boquenses se aferran a su mística copera, que supieron construir en gran parte gracias a los cuatro títulos de sus seis títulos continentales que ganaron de visitantes.
El denominado «clásico del siglo» será dirigido por el uruguayo Andrés Cunha, misma nacionalidad de quienes tendrán a su cargo el VAR.
Si se mantiene la igualdad en el marcador, se jugarán 30 minutos suplementarios. De no sacarse diferencia, el trofeo se definirá por tiros desde el punto de penal. A partir de 2019, la final de la Libertadores será a partido único.