«Hay ‘verdes’ que quieren que mate al bebé que nació. Yo no lo voy a hacer«, dijo el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, entrevistado por radio Mitre. Y adelantó que «hay una familia importante» de esa provincia que quiere adoptar al bebé que nació luego de la cesárea a la nena de 12 años violada, quien había solicitado el aborto no punible.
El gobernador de Jujuy, radical de Cambiemos, defendió la actuación de los médicos del Hospital Materno Infantil, donde no detectaron el embarazo de la nena cuando fue a los tres meses de gestación.
«Nadie podía sospechar que estaba embarazada», aseguró. «El equipo de psicólogos y obstetras decidieron seguir con la voluntad de la niña y de su madre. Se cumplió con todo con la cesárea«. Lo cierto es que no se hizo una interrupción del embarazo: se hizo fue un parto. La Organización Mundial de la Salud no contempla la cesárea como método de interrupción del embarazo.
La nena y su familia habían pedido la ILE en el Hospital Guillermo Paterson, de San Pedro. Los médicos objetores de conciencia se la negaron, aunque desde 1921 la ley nacional establece como causal la violación y la provincia está adherida al protocolo. En la ley y el protocolo, incluso, no se establece un plazo de gestación para realizar la práctica.
Luego de que la familia y la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito denunciaran esta situación, que tomó estado público, la nena fue trasladada al Hospital Materno Infantil, en la capital provincial, porque de acuerdo al protocolo los embarazos en menores de 15 años deben recibir atención en ese hospital. Pero el traslado demoró cinco días.
A la nena de 12 años le negaron su derecho y la obligaron a ser madre. La torturaron durante una semana, violaron todos los principios de privacidad y dilataron un aborto para convertirlo en un parto.
Ella fue abusada por un vecino de 58 años que, además de violarla, amenazó con matarla si lo contaba. En esas condiciones es que llegó, meses después, al hospital de San Pedro.