Un grupo de mujeres que quedó afuera de la lista de preadjudicatarios de las 1009 casas sociales en Santa Rosa inició este jueves una manifestación frente al Instituto Provincial Autárquico de Viviendas (Ipav). Por la mañana cortaron la avenida Argentino Valle. Ya a las 15 horas comenzaron a realizar un acampe.
Las mujeres denunciaron públicamente irregularidades en la confección del listado de viviendas y casas vacías, que se alquilan o que tienen abultadas deudas.
Reclamaron que el Ipav les permita acceder al listado de puntaje y también al de suplentes de las viviendas. Analizan, incluso, realizar una presentación ante la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA) para que presione y obligue al instituto a dar esa información pública.
Hicieron un listado de personas que no les corresponderían tener las nuevas viviendas. «Hay casos de mujeres que sabemos que tienen buen pasar económico y con tremendas casas o terrenos», sostuvieron. Presentarán ese listado a las autoridades en las próximas horas o el viernes.
Además anunciaron que presentarán el proyecto denominado «Un Techo Digno con Esfuerzo Propio»: reclaman terrenos y materiales para construir su propia casa.
Las mujeres contaron sus historias a Diario Textual, mientras cortaban la avenida. Betiana Chena dice que tiene tres nenes. “Vivo en Villa Germinal, frente al cuenco de agua, de prestada”, dice. “Me anoté en 2012 y me dicen que perdieron los papeles”, cuenta.
Anabella Jara hace nueve años que está inscripta. Tiene 3 nenes. “Trabajo, estudio y vivo con mi vieja”, relata.
“Vamos a hacer un listado de personas a las que no tendrían que darle esas casas. Y queremos tener acceso al listado de puntaje y de suplentes”, dice, en tanto, Vanesa Pintos. Tiene dos nenes y vive en la casa de sus padres.
Valeria Ríos vive en el Fonavi 42, con tres nenes. «Hace seis años que estoy anotada. Tenía muchas esperanzas, pero no me la dieron…», cuenta.
Anabela Sopón, por su parte, cuenta que hace ocho años que se inscribió. «Tengo cuatro nenes y donde alquilo por 6 mil pesos, es una casa muy húmeda», dice.
Josefa Cuevas hace 15 años que alquila. Es pensionada. «Me inscribí cuando tenía hijos menores de edad. Ahora alquilo por 6 mil pesos y cada cinco meses me aumentan 500 pesos. Yo creo merecerme la casa», dice.
Las historias similares se repiten. María Belén dice que trabaja de sol a sol en el campo y que vive en la casa de su madre. Soledad vive con dos nenes en un garage. Carla alquila en una casa que parece un rancho. Todas quieren su casa.
Historias de mujeres y sus hijos que quedaron fuera del listado de las 1009 casas