El juez de control Carlos Espínola liberó a las 13.30 horas de este martes al cazador acusado de balear y provocar la muerte de su amigo con un fusil 300, en un campo de la zona de Luan Toro. Además le informó que está siendo investigado por el delito de homicidio culposo, es decir, por negligencia. También, provisoriamente, por tenencia ilegal de arma de guerra.
Omar Adrover (53 años, de la localidad bonaerense de Bolívar) -que ahora deberá presentarse cada quince días en la comisaría de Victorica, mientras se desarrolla la investigación- está acusado de haber matado a su amigo Maximiliano Rivera (39 años, de 9 de Julio) entre la noche del domingo 17 y la madrugada del lunes 18.
La fiscal Alejandra Moyano sometió al mediodía a indagatoria a Adrover. Pero el cazador, asistido por su abogada defensora Vanesa Ranocchia Ongaro, se negó a responder preguntas. Posteriormente se desarrolló la audiencia de formalización, en la que la fiscal informó al juez y al imputado de qué delito se lo acusa. «Está siendo investigado por el delito de homicidio culposo, en concurso real con tenencia ilegal de arma de guerra. Este último punto es porque se está tratando de determinar si tenía o no tenencia de ese arma», dijo luego de la audiencia a Diario Textual.
El juez Espínola, frente al pedido de la fiscal, decidió sustituirse la prisión preventiva con la orden de presentarse cada dos semanas a la comisaría de Victorica.
El grave incidente, relató la fiscal, ocurrió entre los campos El Chimpay y Los Charcos entre las 23.30 horas del domingo y las 0.30 horas del lunes.
“Díganle a Omar que lo perdono”, las últimas palabras del cazador
Ambos habían llegado hace unos días al campo La Bochita junto a otras dos personas de la zona de las localidades bonaerenses de 9 de Julio y Bolivar: un tercer cazador y la esposa de Adrover.
En la noche del domingo, Adrover, su esposa y Rivera decidieron caminar unos 10 kilómetros desde La Bochita e internarse en otros campos vecinos. El otro cazador decidió quedarse en La Bochita.
Los tres se ubicaron en montículo de tierra, ubicado en El Chimpay, que usaron de apostadero. En un momento determinado, Rivera se retiró del apostadero y se internó en el monte.
En una maniobra que aún no se logra comprender, Rivera se cruzó en la línea de tiro y Adrover, con su mira telescópica del fusil, lo «confundió» con un ciervo colorado. Ocurrió a una distancia de entre 30 y 40 metros, según las pericias a las que accedió la fiscal Moyano. La única testigo es la mujer de Adrover.
¿Cómo es posible? Es que Rivera llevaba al hombro su arma y un trípode que podrían simular, a la distancia y en medio de la penumbra de la noche, la cornamenta de un ciervo. Adrover gatilló e hirió en una de las nalgas a Rivera. «Le provocó una herida en el glúteo, que perforó la columna»,
En esa zona no hay señal de teléfonos celulares, por lo que no pudieron alertar ni a policías ni a médicos. Así, Adrover tuvo que correr unos 10 kilómetros hasta La Bochita. Allí se subió a una camioneta Toyota Hilux y, junto al restante cazador, regresó a buscar a Rivera y su esposa. «Diganle a Omar que lo perdono», fueron algunas de las últimas palabras de «Maxi», antes de desvanecerse, según testimonió la mujer.
Finalmente lo pudieron cargar en la caja de la camioneta y llegaron a las 2.30 horas al Hospital Taladriz de Toay. En el centro médico le hicieron maniobras de reanimación, pero no reaccionó y lo declararon muerto.