Los pañuelos celestes, quien se declaran «a favor de las dos vidas» y se oponen terminantemente al aborto, comienzan a movilizarse nuevamente. Esta vez organizaron una serie de actividades para el viernes 22 y sábado 23.
En Santa Rosa se convocarán, desde las 17 horas de este sábado, en la plaza San Martín. Marcharán hasta Casa de Gobierno, informaron en un comunicado de prensa. Posteriormente se llevarán a cabo la lectura de una proclama alusiva al llamado Día del Niño por Nacer.
Además, a las 16.45 horas del viernes 22 de marzo la agrupación Universitarios por la Vida, conformada por alumnos y docentes de la UNLPam, organizó en el Aula Magna una conferencia dictada por Jorge Maciel, de la ciudad de Cipolleti, titulada “Aspectos médicos – legales vinculados al aborto”. La entrada es libre y gratuita.
«El derecho a la vida no es una cuestión de ideología ni de religión, sino la consecuencia lógica de la naturaleza humana, por eso es que marchamos sin ninguna bandera religiosa ni política», expresaron.
Los pañuelos celestes están en alerta: este fin de semana, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito resolvió presentar en abril su proyecto para autorizar la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), cuya redacción final no está concluida pero contendría una versión más dura que la aprobada en junio en Diputados.
El proyecto no difiere del presentado cada año por la ONG, o sea, ignora la mayoría de los retoques realizados en 2018 para lograr una mayoría en la Cámara baja, que luego no fue posible repetir en el Senado.
Sostiene las 14 semanas de gestación como tope para abortar (el Senado había evaluado cambiarla a 12), pero no pena a las mujeres que lo practiquen superado ese período, como lo hacía el dictamen del año pasado.
Mantiene el polémico artículo que autoriza el aborto a chicas de entre 13 y 16 años por considerar que no es una intervención invasiva, según la definición del Código Civil y Comercial aprobado en 2015. Fue otro fragmento borrado en la negociación del último invierno.
El proyecto tiene dos novedades: incorpora el aborto al programa médico obligatorio (PMO) para exigir a las obras sociales que cubran el tratamiento sin costo, al igual que el sistema de salud pública. Y también agrega artículos de la ley de Educación Sexual Integral, la ESI, dictaminada en septiembre y archivada por gestión de Eduardo Finocchiaro cuando parecía desatar otra disputa entre verdes y celestes, colores característicos de promotores y detractores del aborto que acapararon las calles durante los primeros 8 meses del año pasado.