Las fuerzas militares en Siria respaldadas por Estados Unidos anunciaron hoy que liberaron el último bastión de Estado Islámico en Siria y declararon así el fin del «califato» en Irak y en ese país autoproclamado por el grupo a mediados de 2014.
La recuperación de la aldea de Baghuz, en el este de Siria, por parte de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) encabezadas por combatientes kurdos, representa un cierre a una cruenta batalla que se prolongó por varias semanas y en la que miles de personas huyeron del territorio y cientos murieron.
«Baghouz es libre y se ha logrado la victoria militar contra Daesh (EI en árabe)», tuiteó Mustafa Bali, un portavoz de las FDS.
Heavy fighting continues around mount #Baghouz right now to finish off whatever remains of ISIS. pic.twitter.com/l6eHLcWM5h
— Mustafa Bali (@mustefabali) 22 de marzo de 2019
Para celebrar la victoria, los combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), punta de lanza de la lucha antijihadista en Siria, izaron su bandera amarilla en la aldea de Baghuz, donde los extremistas opusieron resistencia hasta el final. Cerca del lugar de la batalla, hombres y mujeres de esa fuerza, en las que predominan los kurdos, bailaban la dabke, una danza tradicional.
La pérdida de lo que les quedaba en su último reducto en el este de Siria, cerca de la frontera con Irak, significa el final territorial del EI en Siria, tras su derrota en el país vecino en 2017.
La eliminación del último bastión de EI marca el fin del protoestado insurgente, que al momento de su proclamación como califato ocupaba un territorio del tamaño de Reino Unido y luego se fue reduciendo, pero el grupo mantiene una dispersa presencia y células durmientes de combatientes en esos mismos dos países. Las filiales del grupo Estado Islámico en la Península del Sinaí en Egipto, Afganistán y otros países siguen siendo una amenaza.
El grupo terrorista, el más brutal de la historia contemporánea, hizo reinar el terror con decapitaciones, ejecuciones masivas, raptos y violaciones, muchos de ellos grabados al estilo Hollywood y viralizados en las redes sociales. Su poder se extendió más allá de su territorio y el grupo reivindicó ataques en otros países árabes o asiáticos e incluso en Occidente.
La campaña para recuperar el territorio de parte de Estados Unidos y sus aliados se ha extendido por cinco años y dos presidencias estadounidenses, arrojado más de 100.000 bombas y cobrado la vida de una enorme cantidad de combatientes y civiles.
«Las FDS anuncian la total eliminación del supuesto califato y una derrota territorial del EI al 100%», declaró un portavoz de esa fuerza, Mustefa Bali, en un comunicado.
Los combates, según él, fueron encarnizados frente a jihadistas obstinados que al final estaban arrinconados en una pequeña franja territorial a orillas del río Éufrates, en la provincia de Deir Ezzor.