Una mujer de 88 años de edad murió este domingo luego de ser brutalmente golpeada durante un asalto en la localidad de Eduardo Castex. Otra mujer de 65 años, además, fue golpeada y abusada sexualmente. El agresor -luego del ataque- prendió fuego la casa, pero las llamas pudieron ser contenidas. Policías buscan al atacante en toda la zona.
La víctima fatal es Josefa Morena viuda de Giovannini. Murió mientras estaba internada en el Hospital Centeno, de Pico. Aún no trascendió con que elemento la golpearon.
El hecho ocurrió pasadas las 9.15 horas de este domingo en una vivienda ubicada sobre la calle Belgrano, entre calles Leandro N. Alem y Malvinas Argentinas.
Una mujer -de 65 años de edad, que estaba acompañando a la señora de 88- estaba barriendo en la vereda, cuando un hombre que pasaba la agredió y la introdujo en la casa. Ya en el interior del inmueble, golpeó a las dos mujeres con intenciones de cometer un robo. Incluso habría abusado de una de ellas, según dijeron los investigadores.
Además incendió la casa céntrica. La mujer de 65 años logró pedir ayuda y el fuego no se logró propagar en forma significativa.
Las dos mujeres, lesionadas, fueron trasladadas al Hospital Pablo F. Lacoste y rápidamente derivadas al Hospital Gobernador Centeno de General Pico.
Josefa Morena viuda de Giovannini falleció en el Centeno antes del mediodía. Tenía golpes en su cabeza y había inhalado monóxido de carbono.
El jefe de Policía de La Pampa, Roberto Ayala, dijo que todo comenzó entre las 9.15 y 9.30 horas. «Agrede a la mujer de 85 años y, aparentemente, abusa de la mujer de 65 años», dijo. «Después prende fuego la vivienda. La mujer más grande murió una horas después cuando ya estaba internada en el Hospital Centeno de General Pico”, expresó.
Hace casi nueve años otro crimen conmocionó a Castex. El 22 de septiembre de 2010, Verina Peinetti de Perera, de 74 años, fue asaltada y asesinada con un «inusual ensañamiento» en uno de los crímenes más aberrantes de las últimas décadas en esa localidad. La mujer fue salvajemente golpeada en la región craneal y después apuñalada: con su sangre, el asesino escribió la leyenda «Abuela» en las paredes de la vivienda.
