El presidente de la Cámara de Panaderos de La Pampa, Eduardo Duscher, reveló que la venta de pan cayó un 40% en lo que va del año. «Antes la gente llevaba un kilo y ahora te piden una tirita de miñón o felipe».
La retracción en las ventas también afectaron al resto de los panificados, como las facturas y las tortas. La caída más pronunciada, según los panaderos, se dio en las facturas, cuyo precio promedio ronda los 140 o 150 pesos.
Lo que ocurre con el pan va de la mano con la caída generalizada del consumo en todos los rubros. Esta situación puso contra las cuerdas a los panaderos que, además de la caída de las compras, deben soportar los tarifazos y el aumento de los costos tributarios, advirtió Duscher.
En este contexto, la Federación Argentina de Industrias de Pan (Faipa) decretó en enero de este año la emergencia nacional de las panaderías por no poder afrontar el pago de los servicios de luz, gas y agua, por la agobiante presión tributaria y la dolarización de las materias primas.