Murió el expresidente peruano Alan García. El exjefe de Estado, de 69 años de edad, se pegó un tiro en la cabeza cuando iba a ser capturado por agentes de la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad.
El dirigente tomó la drástica decisión luego de que el Poder Judicial aprobara el pedido de la fiscalía para detenerlo por un plazo de 10 días. Los médicos intentaron salvarle la vida, pero su estado ya era grave al llegar al centro de salud.
García había sido acusado de los presuntos delitos de lavado de activos, tráfico de influencias y colusión en el marco del caso Odebrecht, el escándalo de corrupción desatado en Brasil y que afecta a varios países de la región.
García era investigado por presuntos sobornos en la construcción de un tren para Lima, proyecto en el que estaba involucrada la constructora brasileña Odebrecht. Por ello, también hoy, la Policía arrestó a Luis Nava, exsecretario general de Presidencia, y Miguel Atala, exvicepresidente.
El expresidente siempre defendió su inocencia pese a las sospechas en su contra y ayer lo hizo en un mensaje publicado en Twitter: «Como en ningún documento se me menciona y ningún indicio ni evidencia me alcanza sólo les queda la ESPECULACIÓN o inventar intermediarios. Jamás me vendí y está probado».
Todos los presidentes que han gobernado Perú desde 2001 tienen cuentas pendientes con la justicia por sus nexos con Odebrecht. El caso golpeó a la élite política de Perú, al igual que a la de otros países de la región, luego de que en 2016 la compañía constructora admitiera que pagó sobornos para obtener jugosos contratos en casi toda América Latina.