En el Centro Judicial de Santa Rosa comenzó este martes el juicio a los exfiscales Fernando Fassina y Romina Fernández, quienes son juzgados por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público.
La causa se inició en 2015 luego de que la Justicia descubrió que los exfiscales accedieron a expedientes de causas que llevaban adelante otros funcionarios judiciales pero en las que ellos, antes de ingresar al Ministerio Público Fiscal, habían actuado como abogados particulares.
“Interés personal, no funcional”
El fiscal general Guillermo Sancho, en su acusación, dijo que “ingresaron a legajos judiciales con interés personal y no funcional”.
Explicó que la investigación se inició por la filtración de medidas de pruebas en causas judiciales. “Fue algo grave”, advirtió.
“Esos ingresos no se debieron hacer. Esto no es una mera irregularidad administrativa”, agregó.
«Lejos de una conducta delictiva»
El defensor de Fernández, Mario Aguerrido, dijo que en la acusación del fiscal «se intenta tipificar una conducta ética con un delito» y sostuvo que su defendida «no incumplió ninguna norma».
«Ingresó a legajos, pero estamos lejos de una conducta delictiva», aseveró.
“Ingresé al legajo asignado”
Fassina, que ejerce su propia defensa, dijo que sólo ingresó al legajo que tenía asignado por turno. “No había prohibición alguna para entrar a legajos”, aseguró.
“Siento que tengo poco que aportar en todo esto. Yo me enteré que estaba involucrado en este asunto por los diarios”, dijo.
Fassina insistió: “Sólo reconozco que ingresé a un legajo. Tenía costumbre cuando trabajaba mirar todos los legajos que habían ingresado durante mi turno para ir preparando mi trabajo y aprendiendo. Pero todo el mundo podía ingresar a cualquier legajo. No había restricción alguna”.
“Nunca divulgué información”
Fernández también reconoció que ingresó a legajos, pero aclaró que nunca divulgó información reservada.
“El motivo fue personal. Estaba aterrorizada por una serie se hechos que habían sucedido con un cliente. Eso fue lo que me llevó a entrar al sistema. Quería saber si era una persona peligrosa”, contó. “Pero de lo que yo vi jamás se lo transmití a nadie”, juró.
¿A quién le temía Fernández? A Matías Andrada, quien se presentó en su estudio para que lo represente para cobrar una deuda de un hombre de apellido Crespo, que había fallecido, contó la acusada.
“Me asombré y me dio mucho miedo cuando me advirtieron que Andrada tenía vinculación con Carlos Luján Sosa, involucrado en el homicidio se Griselda Fuentes Cabal”, explicó.
Siete testigos
En la jornada de hoy, además de los acusados, declararon ante los jueces siete testigos: las fiscalas Cecilia Molinari y Yanina Masi, la abogada Mirtha Brown, la escribiente Silvana Rodríguez, el periodista Daniel Luchelli y los fiscales Walter Martos y Oscar Cazenave.
Audiencias hasta el jueves
El juicio se extenderá hasta el jueves. Durante las tres jornadas declararán testigos de la causa. El Tribunal de Audiencia está integrado por Alfredo Daniel Sáez Zamora, Carlos Alberto Besi y Alejandra Flavia Ongaro. El fiscal general es Guillermo Sancho. Fassina ejerce su propia defensa y José Mario Aguerrido y Máximo Ramón Pérez Florez defienden a Fernández.