El Gobierno nacional sintió el golpe de la decisión de la Corte Suprema que posterga el inicio del primer juicio oral contra Cristina Fernández de Kirchner y que pensaba exprimir al máximo en plena campaña. Las reacciones no se hicieron esperar y desde la Casa Rosada calificaron desde «extraña» hasta «una vergüenza» la resolución de los magistrados, al tiempo que se hizo una presentación para que el proceso comience con copias del expediente.
Las críticas las encabezó el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien le apuntó a los «jueces que se rigen por las encuestas», en clara alusión a los integrantes del máximo tribunal. No hizo otra cosa que admitir que la expresidenta está al frente de los sondeos y que hay chances reales de que vuelva al gobierno.
«La decisión (de la Corte) genera mucha bronca en la sociedad porque hay una demanda concreta de que se haga justicia» contra el kirchnerismo, dijo. «Con esto se debilita la credibilidad de todo el proceso judicial. No puede dilatarse un proceso eternamente», manifestó.
«Es una causa de gran sensibilidad, es una expresidenta, pero también hablamos de decenas, de miles de millones de pesos, que quedó probado que han sido desviados de los fondos públicos, que en lugar de ir a rutas han ido a las arcas de personas particulares», planteó en una entrevista con radio La Red.