El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha firmado este lunes una orden ejecutiva que congela todos los activos del Gobierno de Venezuela en su país y prohíbe las transacciones con él, medida que incrementa de forma significativa la presión contra Caracas y supone un paso hacia un embargo total.
«Todos los bienes e intereses en propiedad del Gobierno de Venezuela que se encuentran en Estados Unidos […] están bloqueados y no pueden ser transferidos, pagados, exportados, retirados ni tratados de otra manera», reza la orden ejecutiva, que entrará en vigor de inmediato.
El documento detalla que el término «Gobierno de Venezuela» comprende al Estado y al Gobierno de Venezuela; a «cualquier subdivisión política, agencia o instrumento» de los mismos, incluido el Banco Central de Venezuela y la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), así como a cualquier persona bajo su control o que «haya actuado o haya pretendido actuar directa o indirectamente» en nombre de cualquiera de los anteriores.
La orden, que justifica el paso por la «usurpación» del poder por parte de Nicolás Maduro y por «los abusos de los derechos humanos» en el país latinoamericano, entre otros motivos, no alcanza la categoría de embargo comercial total, pero representa la medida más radical de Washington contra Caracas desde que la Administración Trump reconoció al opositor Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela. De hecho, la decisión coloca a la nación caribeña al mismo nivel que Corea del Norte, Irán, Siria y Cuba, los únicos países que actualmente afrontan restricciones tan severas por parte EE.UU.
Las sanciones anteriores fueron dirigidas, en primer lugar, contra la industria petrolera de la nación sudamericana, la principal fuente de sus ingresos de exportación.