Ante la fuerte resistencia de los movimientos campesinos e indígenas, el gobierno de Ecuador decidió dar marcha atrás y derogar el decreto que imponía un conjunto de medidas de ajuste económico, avalado por el FMI.
Ambas partes acordaron que el decreto que las dispuso será derogado, se formará una comisión para elaborar nuevas políticas y se levantarán las manifestaciones, según anunció el coordinador de la ONU en el país, Arnaud Peral.
“Como resultado del diálogo se establece un nuevo decreto que deja sin efecto el decreto 883, para lo cual se instalará una comisión que elaborará el nuevo decreto”, anunció Peral.
Esa comisión estará “integrada por las organizaciones del movimiento indígena participantes en este diálogo y el gobierno nacional, con la mediación de la ONU y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, y con la veeduría de las otras funciones del Estado”, agregó.
Peral subrayó que “con este acuerdo se terminan las movilizaciones y medidas de hecho en todo el Ecuador”, según reportaron los diarios ecuatorianos El Comercio, El Telégrafo y El Universo.
Por su parte, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, celebró el acuerdo a través de su cuenta de Twitter: “Una solución para la paz y para el país: el Gobierno sustituirá el decreto 883 por uno nuevo que contenga mecanismos para focalizar los recursos en quienes más los necesitan. ¡Se recobra la paz y se detienen el golpe correísta y la impunidad!”.
Las medidas de ajuste, adoptadas por Moreno a comienzos de este mes en el contexto de un acuerdo crediticio con elFondo Monetario Internacional (FMI), fueron respondidas con protestas callejeras en cuyo transcurso hubo al menos siete muertos, 1.340 heridos y 1.152 detenidos, según informó la Defensoría del Pueblo.
Ante ese panorama, el 3 de octubre, Moreno decretó el estado de excepción (sitio) y mudó la sede del gobierno de Quito a Guayaquil por 30 días, y este sábado, además, declaró el toque de queda y la militarización en el área metropolitana de Quito.