Este lunes en el centro judicial de Santa Rosa comenzó el juicio oral y público por el homicidio de Aldo “Chueco” Fuentes, ocurrido el 30 de enero de 2018. Los imputados, Manuel «Mono» Santillán y Alan Pérez Barreiro, no declararon. Sí lo hizo uno de los hijos de la víctima, Benicio Fuentes. «Esto nos mató a todos», dijo. Las audiencias se extenderán hasta el viernes.
Santillán está detenido acusado de homicidio calificado por ensañamiento y alevosía. En tanto, Pérez Barreiro, está en libertad, imputado por encubrimiento.
La fiscala Cecilia Martiní acusó a Santillán de haber matado a Fuentes de tres hachazos en la cabeza mientras dormía para robarle una serie de pertenencias, entre ellos, una moto Honda Wave, que luego vendió a un precio «irrisorio» a Pérez Barreiro. El querellante, Juan José Hermúa, adhirió a la acusación fiscal.
La defensora de Pérez Barreiro, Paula Arrigone, calificó de «falsa» la teoría de la fiscalía y dijo que éste es un caso «constituido sobre la base de probabilidades y no de certezas».
El defensor de Santillán, Pablo De Biasi, anticipó que pedirá la absolución de su defendido. Atacó la «actividad procesal defectuosa» del caso y sostuvo que «no hay certezas» de que haya cometido el crimen.
«Esta es una investigación con serias falencias, desprolija y con un déficit probatorio», sostuvo.
Los imputados se sentaron frente al tribunal -compuesto por Gastón Boulenaz, Daniel Saez Zamora y Flavia Ongaro- pero prefirieron no declarar.
El que sí declaró fue uno de los hijos de la víctima, Benicio Fuentes. «Esto nos mató a todos», dijo, y recordó que su papá era «el motor» de la familia.
Reveló que él se enteró que Santillán había matado a su padre por un carnicero, que le contó a su señora que el acusado se andaba «jactando» de que había matado a Fuentes con un hacha y que le había robado una moto y un equipo de música.
El crimen de Fuentes ocurrió en su casa de Neveu y Luther King, en Santa Rosa, entre las 22.30 y las 23 horas, del 30 de enero de 2018. El móvil fue el robo de una moto, que luego fue desmantelada, y otros objetos de la vivienda.
Un dato: sobre el principal acusado, el «Mono» Santillán, pesa también una acusación por la muerte del joven Facundo Pérez, en la Alcaidía de Santa Rosa, mientras se encontraba detenido por el femicidio de su novia, Flavia Fernández.