El gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador consideró como un golpe de Estado la renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia el domingo y aceptó que su posición respecto a los eventos en el país sudamericano, tiene marcadas diferencias frente a otras naciones en la región como Argentina y Brasil.
Esta tarde, desde la Cancillería de México se informó que Evo Morales solicitó asilo político en ese país. La medida incluiría a varios miembros del gabinete y otros funcionarios del MAS, el partido político de Morales.
A diferencia de Argentina, Chile, Perú y Brasil, que habrían negado al avión de Evo Morales sobrevolar su espacio aéreo, México ha ofrecido desde un inicio, asilo al mandatario y a otros políticos bolivianos.
El presidente López Obrador reiteró su reconocimiento a Morales por haber renunciado en medio de la crisis. “Expresé mi reconocimiento a Evo Morales porque prefirió renunciar a exponer la vida de sus conciudadanos”.
Desde un primer momento, el gobierno mexicano rechazó el llamado del Ejército boliviano a la renuncia de Morales tras las irregularidades que se registraron en las elecciones presidenciales.
El secretario de Relaciones Exteriores explicó que demandarán una reunión urgente con la Organización de Estados Americanos (OEA), porque a pesar de la gravedad de los acontecimientos la organización guardó silencio.
López Obrador también exhortó a la OEA se convoque a una reunión y se fije con claridad una postura. “No al silencio”, expresó el mandatario mexicano.