Evo Morales, quien se encuentra en México exiliado, cuestionó nuevamente al personaje clave en el Golpe de Estado: Fernando Camacho.
«Fernando Camacho, el orgullo regional no es para dividir Bolivia, la Biblia no se usa para mandar a matar a bolivianos y la Constitución Política del Estado no es para quemar instituciones. Basta de destruir Bolivia», tuiteó el dirigente indígena.
Camacho, de 40 años, es un empresario y fanático religioso. Su familia cuenta con inversiones en los sectores de seguros, gas, inmobiliarias y negocios avícolas en la región más rica del país, que estuvo históricamente enfrentada a Morales.
Fernando Camacho, el orgullo regional no es para dividir Bolivia, la Biblia no se usa para mandar a matar a bolivianos y la Constitución Política del Estado no es para quemar instituciones. Basta de destruir Bolivia.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 13, 2019
Sin un cargo electo ni afiliaciones partidarias, se presentó como un líder civil en franca oposición al presidente Evo Morales, blandiendo siempre una Biblia y un rosario como únicas fuentes de su legitimidad. Detrás de su piedad y un llamado a la unión de los bolivianos se esconde una ideología ultra conservadora y reaccionaria, en línea con el discurso del presidente de Brasil Jair Bolsonaro.
Fue el que levantó la apuesta tras las elecciones del 20 de octubre pasado y pidió la renuncia de Evo Morales, algo que ni la coalición que apoyaba a Carlos Mesa, quien salió segundo, se había atrevido a sugerir.
Consumada la renuncia del ahora expresidente, Camacho ingresó al Palacio de Gobierno de La Paz y, aprovechando la ausencia del mandatario, depositó una Biblia en el lugar, junto con una bandera de Bolivia y una carta pidiendo la renuncia de Morales.
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