La médica psiquiátrica Marcela Paladino pidió que el Consejo Superior Médico de La Pampa participe en la discusión por la nueva Ley de la Policía, con el fin de evitar, dijo, que se «manipulen» algunos «actos médicos».
Paladino ha iniciado una serie de denuncias contra las autoridades policiales. Viene denunciando que “actos médicos” han sido manipulados por la intervención de superiores no médicos.
La médica, ha dicho, recibió días de cárcel y una mala calificación por negarse a cumplir órdenes que contradicen su saber médico.
Ahora fue al Colegio Médico de La Pampa, al que le pidió que participe de la discusión por la nueva ley. «Motiva este pedido, la necesidad de que la nueva ley proteja el ejercicio de la profesión médica de la manipulación policial, haciendo respetar el Artículo 2º de la Ley Nacional de Ejercicio de la Medicina, Odontología y Actividades Auxiliares ( Ley Nacional 17132). La Inviolabilidad del Acto Médico debe quedar explicitada en la Ley para garantizar el acceso a la Salud del Destinatario del Accionar Médico. Esta Garantía tiene como objetivo no solo excluir cualquier posibilidad de Manipulación Policial del Acto Médico, sino también dar cumplimiento al Inciso c) del Artículo 2º de la Ley de Derechos del Paciente ( Ley Nacional 26529) que protege y preserva la Intimidad del enfermo», sostuvo.
«Me avala en la solicitud precedente, el haber trabajado como médica psiquiatra de la Policía de La Pampa durante 5 años. En mi experiencia los primeros años, pude trabajar como en cualquier otro ámbito de salud, proponiendo y tomando conductas de la especialidad sin ser cuestionada en el accionar médico. En los dos últimos años, con la jefatura del Médico Ginecólogo Dr. Raúl Colombato, y la incorporación al Servicio de Sanidad del jefe de personal Mayor José Mendía policía no médico, con mayor rango en el escalafón Policial, el Servicio cambió redicalmente, al menos en lo que respecta a Salud Mental Policial», dijo en su nota.
«El Mayor Mendía intentó manipular los informes psiquiátricos, las conductas médicas en el área de psiquiatría y hasta se atribuyó el derecho de ordenar la forma en cómo se debía evaluar a un paciente con problemas de salud mental en la Policía», sostuvo. «Además con esta nueva gestión fueron corrientes las órdenes verbales, instrumento de gestión que no deja rastros y que dificulta el ejercicio de la Defensa ante órdenes potencialmente conflictivas. Cuando comencé comunicar novedades, solicitar indicaciones y contestar por escrito, la respuesta que recibí fue el acoso laboral a través de gritos, arresto con privación de la libertad, se me quitaron funciones y especialmente la tarea de seguimiento de las carpetas psiquiátricas. También fui perjudicada por la manipulación en la calificación anual con bajas notas sin haber tenido nunca una nota de apercibimiento, con la consecuencia de que las bajas calificaciones son equivalentes en la Policía Provincial con la ley vigente a la casi segura pérdida del puesto de trabajo en la institución», dijo.
«El problema que nos ocupa no es un problema entre colegas médicos, es uno mucho más importante que tiene que ver con las normas vigentes de la Dictadura y con la cultura que estas han implantado en la Policía de La Pampa», sostuvo. «Cultura que le hace creer a los profesionales que por encima de la salud y los valores democráticos, esta la obediencia al superior. Obediencia que no acepta reflexión alguna, como si se tratara de una situación bélica permanente. Plantear esta cuestión como un problema entre colegas es una estrategia cuyo origen desconozco, pero tiene como una de sus consecuencias dificultar la visualización de los graves problemas que he señalado anteriormente».