“Rompimos el promedio. Se casó el doble de gente que otros viernes”, dice Cecilia, una empleada del Registro Civil de Santa Rosa, mientras con un escobillón barre los granos de arroz que arrojaron a las parejas que se casaron este viernes 14, en el Día de los Enamorados. «Fueron cinco», aclara.
Son las 11.30 y se está por casar la última pareja. Agustina Herrera, de 21 años, se nota algo nerviosa. A su lado está el novio Hugo Redel, de 24. Firman, sonríen, hacen algunos chistes y se sacan fotos. “Ya están unidos. Se pueden besar”, dice el juez de Paz, Rubén Funes. Se besan. Un reportero, que se perdió la foto, pide repetir la escena. Y se vuelven a besar.
El matrimonio es una institución cada vez con menos adeptos. En 2019, hubo 979 en toda la provincia. Santa Rosa encabeza la delantera con 272 y le sigue, muy cerca, General Pico con 231. Luego Toay, con 57; 25 de Mayo, con 39; y Macachín, con 23. Además, hay uniones convivenciales. Fueron 623 en todo 2019. Pico lideró el rámking, con 213 y seguida, de lejos, por la capital, con 40.
“El matrimonio -les dice Funes a Agustina y Hugo- es una hermosa aventura. Siempre que haya respeto, responsabilidad y amor”. Los familiares y amigos aplauden. Una amiga de Agustina, incluso, suelta una lágrima de emoción.
Afuera del Registro Civil les esperan más fotos. Leonel, de 3 años e hijo de Agustina, juega con arroz en el piso.
Se conocieron hace doce meses, en Miguel Riglos. “Hace ocho meses que estamos noviando”, cuenta ella.
Agustina es de Santa Rosa y Hugo de Riglos. “Yo trabajo en máquinas agrícolas”, cuenta él. «Nos vamos a vivir a Anchorena», agrega.
Leonel le tira arroz. Y hay más fotos.