Marcio Frank hace cuatro días que vive dentro del Aeropuerto Internacional El Dorado, de Bogotá (Colombia). Está varado. Se fue de vacaciones por un mes con un amigo en un momento en el que no estaba casi en agenda de Estado la problemática del coronavirus y, cuando el virus avanzó y las fronteras empezaron a cerrarse, intentó volver pero ya no pudo.
“No sé cuánto tiempo más tendré que estar acá… Somos 125 los argentinos en el aeropuerto, que queremos regresar”, cuenta a Diario Textual.
Marcio tiene 33 años y es cocinero. Viajó con su amigo Rodrigo Monteagudo el 4 de marzo. Ambos son trabajadores y pusieron peso por peso para pagarse las vacaciones. “Cuando nos dimos cuenta de que se estaba complicando, decidimos volver”, dice.
Esa decisión la tomaron cuando estaban en Medellín. El 21 a la noche pudieron observar, por internet, dos lugares disponibles en una aerolínea para regresar a nuestro país. Marcio, inmediatamente, pasó la tarjeta de crédito de su amigo, cargó los datos y pudo comprar uno. Pero cuando fue a pasar su tarjeta, segundos después, el otro pasaje ya había sido vendido. Tuvo, decididamente, mala suerte.
Rodrigo pudo regresar. De Ezeiza fue trasladado en un micro, contratado por Casa Rosada, que fue interceptado en el Puesto Caminero de Rolón. No lo dejaron seguir porque no se permite el paso de colectivos con personas de otras provincias. Ni siquiera los transportes enviados por Nación.
Rodrigo se bajó en Rolón y fue trasladado en ambulancia a un departamento en Macachín para que pudiera iniciar la cuarentena. Ya en la provincia, fue objeto de todo tipo de maltrato, sobre todo por las redes sociales. No tenía síntomas y no era un delincuente pero lo señalaron. El linchamiento mediático fue inmediato e impiadoso. “Yo, con mi trabajo, me pagué el viaje y el regreso. Pero en Macachín parece que, para algunos, tuviera la peste”, dice a Diario Textual desde su cuarentena.
Marcio, en tanto, sigue en Colombia. Y en las últimas horas recibió otro duro golpe, al igual que los 125 argentinos que lo acompañan: el presidente Alberto Fernández anunció que suspendía por el momento la repatriación de los argentinos.
El consulado argentino en Colombia deja que desear, dice. Pero destaca al Aeropuerto El Dorado. “El aeropuerto nos ha dado comida y agua, todo gratuito. Cosa que el consulado, no. También nos han dado camas y mantas”, dice.
Sus amigos y familiares están haciendo gestiones para que las autoridades pampeanas intercedan. Marcio dice que también ha hablado “con todo el mundo” para intentar regresar. “Pero, la verdad, la llave la tiene Alberto”, deduce. “Por ahora espero, sin desesperar”, finaliza.