El presidente del Banco Nación, Claudio Lozano, aseguró que la intervención y posterior expropiación de Vicentin permitirá contar con una empresa que ingrese de manera directa divisas. Además, resaltó que esta medida es el único camino contra el avance de la extranjerización en el sector.
“La intervención va a ponerla en marcha, permitirle a los productores y a la banca pública una perspectiva de recuperación de crédito otorgado y evitar que un coloso agropecuario que tiene participación significativa en el comercio exterior de granos termine en manos extranjeras”, afirmó Lozano a El Destape.
Respecto a la críticas sobre el costo que podría afrontar el Estado por hacerse cargo de una empresa con deuda, contestó: “Cuando tenés más de 400 millones de dólares en deuda con banca pública, la posibilidad del despido de miles de trabajadores, miles de productores colgados y que todo es se resuelva vendiendo todos los activos de la empresa a manos extranjeras, el costo ya lo tenés”.
Lozano fundamentó las razones para la intervención en la empresa: “Con aval de la banca pública (Nación, Provincia, Ciudad, BICE, entre otros) durante la gestión anterior (presidencia de Macri), conformó, en el marco de un crecimiento exponencial, un fraude, una verdadera estafa a los trabajadores, a los pequeñas productores, a los acopiadores y al Estado. En ese contexto, además del default planteado por Vicentin el año pasado y con un concurso de quiebra que se seguía posponiendo, lo que se tenemos es un proceso de parate de las plantas productivas, pérdidas de posiciones de Vicentin en el comercio internacional de granos y un avance creciente de las operaciones por parte de las grandes transnacionales del sector para quedarse con Vicentin, como Glencore, Dreyfus y Cargill”.
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“La intervención tiene varios objetivos: ponerla en marcha, permitirle a los productores y a la banca pública una perspectiva de recuperación del crédito otorgado y evitar que un coloso agropecuario que tiene participación significativa en el comercio exterior de granos termine en manos extranjeras”, dijo Lozano y agregó: “A partir de acá hay que dar los pasos necesarios tanto en la intervención como en los criterios de la expropiación para que el costo sea el menor para el Estado sobre la base de avanzar en aquellos elementos donde queda en evidencia el fraude de Vicentin. Puede, además, establecer precios razonables a los productores porque es una empresa de interés público, que no piensa en maximizar su beneficio a costa de los productores”.
Lozano afirmó que Vicentin es una empresa estratégica para el Estado en el mercado cambiario, porque es uno de los principales generadores de divisas. “Hay una parte que van a entrar de manera directa, pero también es estratégica para blanquear ese mercado, el comercio exterior y potenciar a Vicentin como una empresa pública en materia alimentaria. Vicentin ocupa un lugar importante en la consecución de divisas. Está en el orden de los 3000 a 4000 millones de dólares al año aproximadamente”.
El titular del Banco Nación aguarda la investigación judicial para que se estime cuánto eludió en retenciones la empresa con la triangulación. “Vicentin sacaba una parte importante de sus exportaciones, vía una subsidiaria en Paraguay. En Paraguay tenía una oficina con seis empleados, pero era el segundo exportador de soja de ese país, con 200 millones de dólares anuales. Los barcos bajaban vacíos por el Paraná, paraban en San Lorenzo, y ahí los llenaba Vicentin y seguía su ruta, con lo cual Vicentin exportaba 200 millones de dólares menos y eso generaba menor ingreso de divisas y menor recaudación por retenciones. Las operaciones comerciales de Vicentin son operaciones prácticamente fantasmas tanto en Paraguay como en Uruguay con empresas con sede en Panamá. Esperemos que ante este conjunto de delitos los dueños de Vicentin respondan con su patrimonio”.
Y con relación al horizonte de cobro de los acreedores y proveedores, Lozano dijo: “La banca pública puede cobrar ya sea que se transforme en socio de la compañía, o porque YPF le emita algún bono para que la banca lo coloque en el mercado. Al mismo tiempo los productores saben que la empresa va a seguir funcionando y que el gerenciamiento va a estar en manos de gente especializada, como Gabriel Delgado, con vasta experiencia desde el INTA. Las cooperativas productoras pueden capitalizar deuda y participar de las utilidades. En el caso de la deuda con los extranjeros, se irá manejando a partir de la puesta en marcha de la empresa”.