El presidente Alberto Fernández volvió a defender hoy el rescate de la firma Vicentin, quebrada y con una deuda de 1300 millones de dólares. «Es un operador muy importante en el mercado de cereales que es estratégico para el desarrollo del país», dijo.
«Intento rescatarla porque hay 7.000 personas que trabajan allí, porque la ciudad de Avellaneda vive de Vicentin y porque es un operador muy importante y porque ese mercado es un mercado estratégico para el desarrollo de la Argentina», sostuvo el presidente en una entrevista concedida a Radio 10.
«Desde que llegué al Gobierno el 10 de diciembre, se viene hablando con todos los dirigentes de Santa Fe (de que) Vicentin está en caída libre, de que Vicentin vive de alquilarle a otros las instalaciones, de que no tiene futuro» , enumeró Fernández esta mañana, durante una entrevista con Radio 10.
«Escuché todo eso, después vi las investigaciones del Banco Nación, de (su director) Claudio Lozano. Vi los créditos que tienen una denuncia penal, que se está investigando. Vi que la UIF se presentaba en la causa por un reporte de operaciones sospechosas», siguió.
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«Uno observa que una empresa muy importante, que pasó del sexto lugar a ser la segunda mayor exportadora, que en Paraguay era la mayor exportadora con solo siete empleados, que cambió su composición de la sociedad…», resaltó.
Y lanzó: «Me preocupó mucho que quedara en manos de capitales extranjeros. Para nosotros ese es un mercado muy importante. Nosotros rescatamos a Vicentin de un camino seguro al precipicio, que terminaba con la quiebra o en manos extranjeras».
El Gobierno se prepara para avanzar con la expropiación de Vicentin, luego de una semana de desorden interno por el intempestivo anuncio que hizo el lunes el presidente.
Días atrás, el Gobierno rompió con la cúpula de Vicentin y dejó al interventor, Gabriel Delgado, como único interlocutor. En tanto, buscar el consenso de los gremios de los aceiteros y de actores del mercado perjudicados por el estrés financiero de la cerealera, y hacer una exhibición, en el plano discursivo y judicial, de las presuntas irregularidades de la compañía.
Fernández dijo que quiere «ser optimista” con el tema de la deuda y que el objetivo es alcanzar un acuerdo que «no condicione a la Argentina» de cara al futuro.
«Yo quiero ser optimista. Todos queremos evitar el default. La Argentina está haciendo un esfuerzo enorme tratando de hacer una oferta que también atienda el reclamo de los acreedores”, señaló.