El Consejo Federal de Educación se reúne este jueves, con el ministro Nicolás Trotta a la cabeza y todos sus pares de Educación de cada provincia. La propuesta sería un mix de medidas de base para minimizar contagios y que luego los gobernadores podrán profundizar.
“Cuenta con un amplio consenso entre todas las provincias, que han participado en el proceso de elaboración”, destacaron desde la cartera educativa nacional, y hablaron de “acuerdo federal”.
Se trata de un mix de medidas de base y obligatorias con el objetivo de minimizar la posibilidad de contagios. Luego, cada gobernador podrá fijar disposiciones adicionales, ajustadas a la realidad de cada provincia. Los mandatarios serán también los responsables finales de la fecha del retorno a las aulas, si las condiciones epidemiológicas locales responden a las pautas mínimas que plantea Nación.
En el caso de La Pampa, el gobernador Sergio Ziliotto consideró muy apresurado evaluar la vuelta a clases desde agosto. Igual postura tienen los mandatarios provinciales de Río Negro, Arabela Carreras y de Neuquén, Omar Gutiérrez.
De todos modos, en el marco de un análisis interdisciplinario que incluye al Ministerio de Salud de Ginés González García, en el Palacio Sarmiento creen posible a priori un regreso a las aulas en “gran parte del país” a principios de agosto, con la mirada en las provincias que cursan la Fase 5 de flexibilizaciones.
El foco de las autoridades educativas está puesto a priori en el lunes 3-A, luego del receso invernal, aunque ese escenario excluye -al menos- al AMBA y al Gran Resistencia, las áreas más golpeadas por la curva de contagios, y donde el regreso a las aulas se dilatará, informó el diario Ámbito Financiero.
Pero el lote de provincias que finalmente esquivarían un retorno a clases en agosto podría ser mayor. “La decisión final la va a tener cada gobernador o gobernadora”, remarca con insistencia, y en esa línea, Trotta.
Desde Misiones -en alerta por el riesgo epidemiológico que les representa Brasil– incursionaron en otro aspecto, atado a los temores que atraviesan a familias y docentes. “Los padres no deberían verse obligados a mandar a sus hijos a la escuela en tiempos de pandemia, sino que debería ser algo optativo”, dijo el presidente del Consejo General de Educación provincial, Alberto Galarza, a FM Libertad.
El protocolo que marcha a ser rubricado este jueves fue elaborado de la mano de un trabajo conjunto entre el Ministerio de Educación nacional, las provincias, los gremios y especialistas de la cartera de Salud. Incluye dos instancias: pautas para garantizar las condiciones sanitarias antes de que reabran las escuelas y, una vez abiertas, ejes para el desenvolvimiento cotidiano.
Respecto de ese segundo punto, promueve pautas para un uso del transporte público y un ingreso y egreso escalonados; distanciamiento social de 2 metros (en las aulas, de 1,5 metros para alumnos sentados y con tapabocas, desde la primaria en adelante), y medidas estrictas ante limpieza y ventilación.
Ese esquema redundará en que los alumnos no irán todos los días a la escuela -se alternarán grados- y habrá aulas con menos alumnos. Se promueve un modelo de “aula burbuja”, con grupos de tres o cuatro estudiantes -respetando la distancia de 1,5 metros- que serán los primeros aislados ante casos confirmados o sospechosos. De ser necesario, luego se aislará al aula por un día (la idea es que no haya contacto entre los distintos grados).