La directora de la Escuela 25 de Santa Rosa, Ana Laura Berraud, hizo una evaluación en Radio Textual (FM Sonar) de la primera semana de la vuelta a las clases presenciales. Valoró la conducta responsable de los chicos y chicas en los cuidados y el respeto de las medidas sanitarias y aseguró que desde lo pedagógico los docentes pudieron «activar» a los alumnos y alumnas que durante los meses de aislamiento perdieron contacto con la escuela.
«En nuestro caso dividimos la presencialidad en 14 chicos a la mañana, distribuidos en dos grupos de 7, y 14 a la tarde, también en dos grupos de 7. Volvieron los alumnos y alumnas de quinto y sexto año, que tienen 10 y 11 años. La respuesta fue buena», dijo.
También destacó la labor de los docentes y el trabajo que realizaron para cumplir con el protocolo.
«Volver a las aulas nos generó contradicciones. Pasé por todos los estados, enojo, miedo, incertidumbre, alegría. Pero la satisfacción es que desde lo pedagógico pudimos activar a los alumnos y alumnas que no estaban pudiendo estudiar desde la virtualidad», remarcó.
Las clases presenciales para aquellos alumnos que perdieron el vínculo pedagógico volvieron el 14 de septiembre en la provincia. Lo hicieron bajo un estricto protocolo elaborado por la comisión mixta que integran el Gobierno y los gremios docentes.
Ese protocolo contempla una jornada máxima de tres horas y sin la asistencia de la totalidad de la comunidad educativa. Los edificios escolares fueron acondicionados con señalización y cartelería. Además, se garantizó la provisión de barbijos, máscaras faciales, jabón líquido, toallas de papel, dispensers de alcohol en gel, sanitizante (alcohol al 70%), cloro y/o lavandina, además de otros elementos de limpieza.
Tanto en las aulas como en los demás espacios de las escuelas se obliga al distanciamiento social, el uso de tapabocas, la higiene de manos, higiene respiratoria, como así también la desinfección de superficies y ventilación de ambientes y el cumplimiento del sistema de trazabilidad ciudadana.