El 28 de septiembre es el día de Acción Global por el Aborto Legal y Seguro. En 1990 el movimiento feminista de América Latina y el Caribe propuso esta fecha para exigir condiciones para un aborto seguro con calidad de atención, ampliación del consenso social y cambios jurídicos para que las personas accedan a sus derechos. En los últimos años, este día de reclamo y activismo se ha extendido a Europa, Asia, África y Norteamérica.
La agrupación Socorro Santa Rosa dijo que el 2020 para las socorristas presentó nuevos desafíos. “Tuvimos que agudizar las estrategias para acompañar y sostener a quienes quieren abortar. En marzo, junto con el resto del país, La Pampa entró en Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio a raíz de la pandemia de Covid-19. Desde entonces, vaivenes de fases fueron marcando un ritmo distinto a nuestro quehacer pero sin impedirnos estar cerca”, expresaron en un comunicado de prensa. “Desde enero hasta julio inclusive quienes somos parte de Socorro Santa Rosa acompañamos a un centenar de personas a interrumpir sus embarazos”, sostuvieron.
Se quejaron porque, si bien la situación es mejor que en años anteriores, hoy el protocolo para los abortos se encuentra “guardado” y no es divulgado.
También resaltaron que hay médicos privados que “desconocen la normativa vigente en La Pampa y en Argentina” y que “insisten y atemorizan con una ilegalidad inexistente, que desinforman con procedimientos anacrónicos o no recomendados” a las mujeres. Además, destacaron la “alianza” que han realizado con trabajadoras sociales para divulgar información.
Según contaron, pudieron sistematizar noventa experiencias. “De ellas, el 48% (41) fueron acompañadas dentro del sistema de salud pública a través del protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE)”, expresaron.
“Si bien la mayor proporción de nuestros acompañamientos proviene de personas localizadas en la ciudad de Santa Rosa (61%), nuestra escucha y sostén recorren kilómetros y borran fronteras; es así que el 20% de las personas acompañadas vive en otros lugares del territorio pampeano (alrededor de diez localidades) y el 19% residen en otras provincias (el 15% en la zona fronteriza de Buenos Aires)”, dijeron.
Socorro, en un documento, contó cómo registras estas experiencias. “En estos recorridos reconocemos derechos cumplidos y, también, violencias e inequidades”, advirtieron. “Porque queremos un aborto legal y seguro, sabemos que el aborto también debe ser libre, feminista, cuidado y autónomo”.
Las principales definiciones son las siguientes:
–Muchas de las personas que nos contactan reciben de nosotres la primera información sólida sobre el acceso a una interrupción legal del embarazo en La Pampa. La guía provincial para acceder a una ILE, desde hace tiempo, no figura públicamente ni en la web del Ministerio de Salud, ni en las redes. Hoy es un protocolo que no cuenta con campañas de divulgación, es un protocolo guardado. Estas disposiciones, que son parte de una política pública que nos afecta, deben ser accesibles a toda la sociedad, a les educadores, a las organizaciones barriales y, obviamente, a todo el personal de salud pública y privada.
Guía ILE La Pampa by diariotextual
–Les socorristes sabemos de abortos autogestivos, sororos, cuidados y feministas. Mantenemos comunicaciones constantes con las personas que acompañamos y aprendemos junto a ellas: seguimos en contacto durante todo el proceso de aborto y control post con 9 de cada 10 personas, ya sea que hayan llevado adelante una ILE o un aborto por fuera del sistema.
–Hace unos años, también, interactuamos de manera diversa con quienes garantizan (y, también con quienes obstruyen y niegan) el acceso al derecho en el sistema sanitario local. Acompañamos las ILEs porque garantizar el derecho no significa que sea cuidado y porque entendemos que tenemos mucho para observar e incidir en esas experiencias.
–Especialmente, en contexto de covid, ampliamos nuestras redes y contactos con efectores/efectoras de salud, conocimos nuevas líneas de accesibilidad y, al mismo tiempo, detectamos violencias recurrentes y abusos de poder, desinformación y desactualización, arbitrariedades basadas en propios intereses mediques. Una de las alianzas más fuertes que hemos logrado en el sistema de salud pública es a través de las trabajadoras sociales. El vínculo con este servicio en particular se ve reflejado en que el 63,41% de los acompañamientos que hicimos de ILEs se iniciaron con el equipo psicosocial, seguido por el de mediques generalistas (26,83%) y, en último lugar, por el servicio de ginecología (9,76%).
–Las trabajadoras sociales constituyen la puerta de entrada a la garantía del derecho, no solo por su empatía, sino porque gestionan de manera más operativa las derivaciones; su atención/recepción es más cercana a lo que consideramos debieran ser las consejerías: la idea de un horario fijo de atención sin turno, presto a una demanda como la de la ILE, que requiere pronta respuesta para llevar adelante todos los pasos y garantizar el derecho.
–Una de las estrategias asumidas para hacer más simple el acceso a las ILEs es la articulación con los Centros de Atención Primaria de la Salud a partir de la zona de residencia de quien la requiere. En contexto de pandemia este camino fue profundizado debido a las limitaciones impuestas en la circulación. En nuestros acompañamientos específicamente de Santa Rosa el 61,54% llevó adelante su ILE en alguna de las postas de la ciudad. Hoy tenemos experiencias con casi una decena de centros diferentes: Fonavi 42, Villa Parque, Atuel, Zona Norte, Los Hornos, Reconversión, Villa Santillán, Aeropuerto, Asistencia y Obreros.
–Los relatos de nuestros acompañamientos ponen de manifiesto que la situación en la localía es realmente heterogénea. Si bien articulamos en todo el territorio de la ciudad, nuestro flujo fue especialmente hacia dos instituciones que consideramos de mayor trayectoria y capacidad de respuesta en lo que hace a los abortos. Así el 29,63% de los acompañamientos se dieron en el Hospital Lucio Molas y el 22,22% en la posta del Fonavi 42. En otras localidades de la provincia y de afuera, las interrupciones se organizaron en su mayoría a través de los hospitales de los pueblos como Victorica, Toay, Acha, Realicó, 25 de Mayo, en La Pampa, y el hospital de Trenque Lauquen en Buenos Aires.
–En muchos casos, las personas que nos llaman con intenciones de interrumpir sus gestas recurren a las y les socorristas luego de haber acudido a mediques privados que desconocen la normativa vigente en La Pampa y en Argentina, que insisten y atemorizan con una ilegalidad inexistente, que desinforman con procedimientos anacrónicos o no recomendados, que hacen “derivaciones” hacia el servicio del Hospital o que mienten burdamente desde su cómodo y supuesto saber hegemónico en materia de salud.
–Del total de personas que fueron acompañadas en procesos ILE, en esta primera etapa del año, el 100% lo hizo dentro de un servicio público de salud a través de la causal salud integral y el 100% fue sin uso de obra social (aún cuando el 46% de las personas que acompañamos cuenta con una). Estos números delatan un sistema sanitario desbalanceado donde lo público viene a cubrir las falencias (y abandonos) del privado y de las obras sociales y prepagas.
–La comodidad perversa del sistema privado llega en un sinfín de relatos. Hemos acompañado a personas que han recibido de sus médiques la insólita idea de que es “ilegal” que elles les ayuden a interrumpir pero que es legal abortar en el hospital. Las derivaciones continuas al servicio público no son otra cosa que la expulsión de sus pacientes, el descuido, la deshumanización de la práctica sanitaria. También sabemos que son fuente permanente de mala información, en general, y malas indicaciones en el uso de la medicación, en particular. El sistema medique privado es el principal agente de clandestinización y de inseguridad.
–No consideramos ético que desde el sector privado se “derive” al sector público y mucho menos que se establezcan estrategias mentirosas para que las personas lleguen a ser atendidas en las clínicas privadas por “abortos espontáneos en curso” cuando fueron procesos de interrupción de embarazos.
–Ante el desinterés, desidia, omnipotencia, desamor esperamos que el estado provincial sea quien exija la inclusión de las ILEs en el sistema privado de salud y en la obra social provincial (SEMPRE). Observe, cuestione y ponga un límite a la falta de compromiso para con la normativa vigente, la clandestinización de la práctica y el riesgo al que nos enfrentamos quienes necesitamos/queremos abortar. Es una deuda pendiente.
–Para que un aborto sea seguro debe haber información y sostenemos que esta información debe tener como objetivo la construcción decisiones autónomas, singulares, diversas. Por eso nuestra práctica apunta a la autogestión de nuestros propios abortos. Los acompañamientos no se cimentan en “dar” información”, se estructuran a partir de una escucha atenta, del encuentro, del estar cerca. Abortos situados en el aquí y ahora de cada persona. Abortos respetados, abortos feministas.
–En el tránsito por hospitales y postas se palpa lo que sostiene a todo el sistema médique: la contraposición del saber-poder en el/la profesional de la salud y una presunción de pasividad y de cierta ignorancia o incapacidad para el autocuidado y entendimiento en “la paciente”. En algunas situaciones se retacea información: las personas no saben bajo qué causal se determinó su ILE, no saben qué firman, se restringe información sobre métodos de colocación del misoprostol, sobre los cuidados y las alertas. No se les da información para que puedan decidir y estar tranquiles durante el proceso, tampoco se le dan pautas de acción en relación al sistema de salud.
–Algunos ejemplos de estas prácticas se pueden reconocer en el método de colocación de la medicación. Por una especie de “acuerdo” (?) les efectores del sistema de salud público en La Pampa solo proponen como opción la vía sublingual de uso del misoprostol (en acompañamientos ILEs el 83% manifiesta que así lo hace), en cambio, en los acompañamientos por fuera del sistema las personas prefieren en un 51% la vía vaginal sobre un 49% sublingual. Dar opciones, permite elegir. Apropiarse de una práctica sobre el propio cuerpo, permite reconocer la capacidad de autocuidado que todes tenemos.
–Otro ejemplo de retaceo de las opciones se relaciona con los métodos anticonceptivos. Dentro del sistema de salud se prioriza, se enfatiza y se propone casi con exclusividad los métodos anticonceptivos hormonales (80% anticonceptivos hormonales y 20% MAC de barrera), en cambio en el resto de nuestros acompañamientos donde se asiste por fuera del sistema esos porcentajes son: 69% anticonceptivos hormonales y 31% de barrera.
Creemos que la información que reciben no siempre es suficiente. Y este es uno de los aspectos que más nos separan de la lógica del sistema de salud, del paradigma médico en general. ¿Qué parámetros de autonomía se le presta a la persona que aborta? ¿cuánto puede elegir? ¿cuánto sabe del procedimiento? ¿sabe distinguir los riesgos? La información es fundamental tanto para un aborto ambulatorio como en una internación ¿cómo será el proceso? ¿cuánto tiempo aproximadamente estaré internade? ¿es necesario “completar” el proceso con una práctica quirúrgica? ¿puedo elegir si quiero o no ese procedimiento?
–Hoy existe un sistema de salud pública mucho más preparado que antes, sí. Mucho mejor preparado que antes de la cuarentena, también. Pero, no es suficiente, queremos correr los límites. Queremos buena información para decidir y otras prácticas médicas para consolidar nuestra autonomía. Queremos abortos autogestivos, cuidados, feministas. Por y para eso, las y les socorristas estamos cerca.
Socorro Santa Rosa
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