Un testigo narró este jueves, durante las audiencias del juicio contra miembros de la Triple A que se lleva adelante en Bahía Blanca, las alternativas del secuestro y asesinato del estudiante pampeano Carlos Davit, ocurrido el 20 de noviembre de 1975.
Se trata de José Ivo Lloli, quien declaró en el debate oral de la causa por delitos de lesa humanidad en el que están acusados Roberto Aceituno (70 años), Juan Carlos Curzio (76), Héctor Forcelli (71) y Osvaldo Pallero (78) como integrantes de una asociación ilícita a la que se le atribuyen 24 homicidios agravados.
Lloli declaró desde la ciudad de Neuquén y a través de videoconferencia transmitida por el canal de audiovisuales de la Universidad Nacional del Sur.
El estudiante de Guatraché fue secuestrado por grupos parapoliciales en momentos en que ingresaba a la pensión de Yrigoyen 228 en Bahía Blanca. A las pocas horas, su cuerpo apareció colgado y con 44 balazos de distintos calibres en el puente del kilómetro 679,41 de la ruta 3.
“Lo conocí (a Davit) en la pensión de Yrigoyen 228. Mi relación fue siempre la clásica de compartir una habitación en pleno centro, el estaba estudiando, era de Guatraché y tuvimos relación de vivencias, comidas, salidas, era todo muy normal”, recordó.
Lloli dijo que “tenía 19 años”, y mantuvo con la víctima “una linda amistad”, en esos años cuando estaba estudiando en la ENET 3.
“(Davit) estudiaba en la universidad y a mediados de año tuvo que buscar un laburito, andaba con un ataché con ventas de algunos productos para bebés”, dijo.
Lloli contó que el estudiante pampeano tenía militancia política. “En dos oportunidades me dice si no quería ir una reunión y me hacía a mí dudar en ir a pesar, de que había guitarreadas y comida”, sostuvo.
“Sé que él (Davit) estaba en contra del gobierno de turno, sé que militaba pero bien en qué línea, con que gente, no. Tampoco hablábamos de temas de política, eran todas cuestiones de estudio”, dijo.
Además manifestó que una noche hubo un operativo en la pensión. “Caen dos personas de civil con chalecos, granadas, itacas, escopetas grandes, apuntan hacia abajo y nos dicen que nos quedemos quietos con los brazos arriba de la cama”, dijo.
“Aparece un señor como de unos sesenta y pico de años, bien vestido, de saco y corbata y se sienta al costado de la cama de él (Davit) y le dice ‘vos sabés que estoy acá por vos, dedicate a estudiar, dejá la política, vos sabés muy bien por qué te lo digo’”, relató a evocar que tras ese episodio se retiraron de la pensión.
“Una noche -dijo- nos estaban esperando en la entrada, me ponen contra la pared con un arma en la nuca, a él también, le pegaban patadas y en la nuca, y le decían a vos te estábamos buscando”.
Lloli apuntó que, luego de esa situación lo ingresaron a la pensión y sintió un portazo. “Nos dimos cuenta que se lo llevan”, dijo.
También sostuvo que al día siguiente escuchó en la radio pidiendo a familias si tenían algún ser querido que fueran a reconocer un cadáver en la morgue. “Después me enteré que tenía 24 balazos en el cuerpo y uno en la cabeza. Lo dejaron colgando en un puente”, dijo.