Enrique Manuel Romero Oneto, exfiscal de Investigaciones Administrativas de La Pampa, murió en Santa Rosa por complicaciones derivadas del coronavirus, pudo confirmar este lunes Diario Textual.
El exfuncionario -el primero en ocupar el cargo de la FIA, promovido por el marinismo y que asumió durante el Gobierno de Carlos Verna en 2004- falleció a los 74 años, sumido en el descrédito y la condena judicial y social.
Romero Oneto tuvo que dejar la titularidad de la FIA en 2007, cuando fue salpicado por una investigación: lo acusaron de cobrar coimas para hacer la “vista gorda” en la construcción del Acueducto del Río Colorado.
Antes de ser fiscal, fue asesor legal de la Comisión Técnica del Acueducto Colorado (Cotarc).
Allí, según la acusación, cobró los sobornos: entre 1998 y 2003 acumuló cheques por 86.300 pesos/dólares firmados por el entonces jefe de inspectores del acueducto, Carlos Oppezzo, a quien debía controlar.
Romero Oneto y Oppezzo argumentaron que los cheques fueron cobrados por asesoramiento profesional en emprendimientos agropecuarios, pero no les creyeron.
Hace unos 15 años, Romero Oneto afrontó en total cuatro pedidos de juicios políticos para que sea desplazado del cargo y en todas las oportunidades fue salvado por legisladores del PJ, que en la mayoría respondían al marinismo: en ese momento, los legisladores argumentaron que esas acusaciones no habían sido probadas. Finalmente, sin sostén político, presentó la renuncia.
En 2014 se hizo el juicio contra Romero Oneto y Oppezzo por las coimas en el acueducto. Los jueces de la Cámara en lo Criminal de Santa Rosa dieron por probados los sobornos.
Los magistrados condenaron a 3 años de prisión a Romero Oneto por el delito de cohecho pasivo como delito continuado e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, más costas. En el caso de Oppezzo, fue condenado a 3 años por cohecho activo como delito continuado, más costas.
Los jueces dijeron que el hecho que cometieron era de una “naturaleza aberrante” y que, por eso, debían ir presos.
¿Qué dijeron los jueces? “Ambos imputados utilizaron su inteligencia comercial, exigiendo uno y dando el otro las facturas correspondientes a los cheques cobrados, para que obviamente apareciera la dádiva como una cuestión laboral ajena a la actividad que ambos desarrollaban en la Provincia (…) No es ésta a nuestro juicio, la manera de ayudar económicamente a un amigo como mencionaran los imputados, porque parece fuera de la situación la exigencia de una factura, el pago de ingresos brutos y el conocimiento de lo hecho por parte de la Administración Federal de Ingresos Públicos. Cuando se ayuda a un amigo no hay exigencias de esta naturaleza”.
Sin embargo, al revisar la condena, otros jueces del Tribunal de Impugnación Penal dijeron que la causa estaba prescripta. Así la causa fue archivada.
Los problemas judiciales de Romero Oneto no terminaron allí: fue condenado por filmar en enero de 2016 a su hija y a sus dos amigas -de entre 13 y 14 años- con una cámara escondida en el baño de su casa.
El exfiscal fue acusado, principalmente, por su exesposa. Lo condenaron a tres años y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo, por ser autor material y penalmente responsable del delito de “producción de imágenes que involucran a menores de 18 años, con representación de sus partes genitales con fines predominantemente sexuales”, como delito continuado.