Paula, una estudiante universitaria, contó en las redes sociales el terror que sintió al ser acosada y amenazada por un hombre de unos 50 años en la calle Hilario Lagos, en el centro de Santa Rosa. “Te voy a violar y te voy a dejar tirada por ahí”, le llegó a decir.
Según contó, otros hombres presentes en la misma calle vieron que la perseguía y la amenazaba, pero no hicieron nada. “Las veredas estaban repletas de otros hombres que pudieron frenarlo pero decidieron sólo ser espectadores”, sostuvo.
La joven -de quien Diario Textual se reserva su identidad- ya hizo la denuncia en la Policía. Incluso se enteró que otras dos mujeres sufrieron acosos y amenazas de la misma persona. Pero hasta ahora no fue identificado.
Este es el relato:
Ayer (NdeR: el sábado 27) a las 7 de la tarde, por primera vez, me tocó a mí ser la víctima de un machito que se creyó que tenía el poder para hacerme lo que él quería.
Hoy escribo esto para llamar la atención de otras mujeres a las que le pueda pasar, porque no fue el horario (eran las siete de la tarde), el problema tampoco fue que iba caminando sola (las veredas estaban repletas de otros hombres que pudieron frenarlo pero decidieron sólo ser espectadores), tampoco fue mi culpa “que no iba atenta” (porque cuando lo vi, crucé de vereda). El problema fue única y exclusivamente él.
Ayer estuve repitiendo “por suerte no me hizo nada”, pero sí, sí me hizo. Me dejó llena de miedo, de impotencia, me dejó con un ataque de llanto que tuvo que frenar mi mamá estando a kilómetros, me dejó sin la única plata que me quedaba (que es lo que menos me importa), me dejó sintiendo asco por las cosas que dijo que iba a hacerme. Se creyó con poder sobre mí e hizo lo que él quiso.
Escribo esto porque “a mí nunca me iba a pasar nada”, porque “no pasa nada, yo siempre ando en horarios en los que hay gente”. Lo escribo porque estoy harta de que tengamos que vivir con miedo, mirando a los costados y atrás nuestro continuamente, porque no es una exageración que a cualquiera de nosotras nos puede pasar. Lo escribo porque es la única forma que tengo de desahogar el enojo y el dolor que siento y que me provoca esta sociedad de mierda en la que a las mujeres nos toca morir (porque la mayoría de nosotras tenemos “suerte” de no estar muertas).
Un hombre de aproximadamente 50 años me persiguió ayer a las 7 pm durante tres cuadras (de Irigoyen hasta Lagos). Empezó diciéndome que “qué bonita que estás” y cuando le pedí que me deje empezó a perseguirme más rápido y me gritaba cosas como “te voy a violar y te voy a dejar tirada por ahí”. Me afirmó que iba a volver a agarrarme cuando me encuentre sola, me robó la poca plata que tenía en la billetera y se fue caminando abrazado a la seguridad de saberse impune.
Quisiera no tener que hacerlo, pero les pido a las mujeres que frecuentan esa zona que tengan cuidado.
El hombre era de 1,70 mts, pelo negro corto, piel oscura, vestía remera corta de Boca y una bermuda, andaba solo y no fue para nada disimulado, no le importó que esté rodeada de gente.
Yo estoy bien. Solo espero que no cumpla lo que me dijo, ni conmigo ni con ninguna otra. Solo les pido que se lo compartan a mujeres que frecuenten la zona. Gracias.