Entre gritos y en medio de una tensa reunión, uno de los jueces de la Cámara de Casación, Alejandro Slokar, le pidió la renuncia a la presidencia del tribunal a su colega Gustavo Hornos, denunciado por visitar a Mauricio Macri en la Casa Rosada cuando era presidente.
Justamente ayer en su discurso ante la Asamblea Legislativa, el presidente Alberto Fernández aludió a Hornos, sin nombrarlo, por sus visitas a la Casa de Gobierno. “Algún miembro de este Congreso Nacional detectó la visita de jueces de la casación al entonces presidente Macri, justamente días antes de dictar sentencias contra sus opositores políticos y solo una voz aislada de ese tribunal se alzó reclamando explicaciones. El resto lo amparó bajo el manto del silencio”, había dicho Fernández.
Luego de esa denuncia de los diputados Martín Soria y Rodolfo Tailhade en la Justicia y en el Consejo de la Magistratura contra Hornos por sus visitas, el juez les dio explicaciones a sus colegas. Les dijo que tenía una relación social con Macri y que en lo visitó para hablar de cárceles, no de sentencias.
Posteriormente, los jueces Slokar, Guillermo Yacobucci y Carlos Mahiques le mandaron una carta a Hornos diciéndole que los jueces no solo deben ser independientes, sino parecerlo. Y la jueza Angela Ledesma hizo su propia carta, en la criticó la actitud del juez. En otra nota, le pidió que convoque a una sesión plenaria. No lo dijo, pero era para tratar su renuncia como presidente.
Según publicó el diario La Nación, así estaba el clima cuando este martes por la mañana se produjo una reunión de presidentes de las cuatro salas de la Casación con Hornos. Fue virtual, por Zoom. Allí, Hornos y Slokar, uno de los fundadores de Justicia Legítima y cercano al kirchnerismo, se vieron las caras. Slokar le reclamó porque en el acta de la reunión anterior no había quedado constancia de las explicaciones que dio por sus visitas a la Casa Rosada.
Hornos ensayó un argumento: dijo que esas expresiones las hizo antes de iniciada formalmente la reunión de superintendencia. Slokar entonces le dijo que era un “falsario”, que estaba alterando los hechos. Esto hizo calentar los ánimos y Hornos a su vez le reprochó que el falso era su colega.
Los ánimos se crisparon y terminaron a los gritos hasta que Slokar le dijo que le pedía la renuncia como presidente de la Casación, porque ya no era depositario de su confianza. La discusión creció y de repente se cortó la reunión virtual.
Con este escenario, Hornos les dijo a sus colaboradores que no está dispuesto a renunciar, ni a pedir licencia, como le sugirieron otros colegas. Para llamar a un plenario y forzar su renuncia hacen falta siete votos de los camaristas. Pero en este momento no están dadas las condiciones para alcanzar ese número.