Daniel Pincén, descendiente de la familia del cacique Vicente Catrunao Pincén, recordó este fin de semana un hecho trágico de lo que se conoció en el marco de la “Conquista del Desierto”, llevada a cabo por el Ejército argentino, y que ocurrió en la actual Reserva Provincial Laguna de Utracán.
“No soy de ‘manifestarme’ en estas fechas, pero esta vez me parece necesario y oportuno contar un hecho sucedido hace 142 años”, dijo Daniel Pincén, ante una nueva fecha de la que ahora se conoce como el Día del Respeto a la Diversidad Cultural y en la que se reconocen los diversos tratados y declaraciones de derechos humanos a la diversidad étnica y cultural de todos los pueblos.
Pincén recordó: “En el lugar que hoy conocemos como Reserva Provincial Laguna de Utracán, muy cerquita de General Acha, vivía mucha gente. El lugar era conocido como las Tolderías de Utracán”.
“El día 10 de Octubre de 1878, Bernardino Paris al mando de la División Carhué del ejército argentino atacó las Tolderías de Utracán. Tomó prisioneros a 82 personas y se apoderaron de su hacienda: 100 vacas, 300 ovejas y 60 caballos. El día 11 capturaron a 11 personas más. Entre ellos el Capitanejo Coñoloá y un hermano. Coñoloá fue fusilado por negarse a declarar. Una hora después fallece su hermano de muerte natural”, agregó el descendiente de la familia Pincén, según el relato que figura en las Memorias del Ministerio de Guerra y Marina, sección Fronteras.
Y remarcó: “Hagamos el ejercicio de imaginarnos vivir en un hermoso lugar con nuestras familias y todo lo necesario para la vida: acceso al agua, animales para consumo, leña, tierras donde cultivamos el maíz, el trigo, sandías… y un día todo eso es destruido”.
“Coñoloá probablemente era el Lonko de Utracán; tal vez su nombre era Quiñe Luan que significa Guanaco o literalmente ‘Un Guanaco’. Su comunidad era parte de la Confederación de Füta Chadiwe, más conocida como Salinas Grandes y era aliado de Manuel Namuncurá. El informe militar de Bernardino Paris dice claramente que fue asesinado (fusilado) porque se negó a declarar, tal vez interrogado para delatar la posición de otras tolderías y el paradero de Namuncurá. Murió defendiendo a su gente y su mundo”, concluyó el posteo de Daniel Pincén, en su recuerdo de uno de los tantos hechos trágicos que vivieron los pueblos que ya habitaban este suelo.