El Gobierno italiano decidió prohibir la entrada y salida de personas desde cuatro regiones consideradas “zonas rojas” de coronavirus, las norteñas Lombardía, Piemonte y Valle de Aosta y la sureña Calabria, dentro una nueva batería de medidas vigentes desde mañana para frenar la enfermedad.
El primer ministro Giuseppe Conte dispuso además el toque de queda a nivel nacional, por lo que no se podrá permanecer en las calles entre las 22 y las 5, salvo probadas razones de trabajo, salud o urgencias, que se deberán poner bajo declaración jurada por escrito en un módulo dispuesto por el Ministerio del Interior.
En medio de una segunda ola de coronavirus que durante octubre multiplicó por diez los casos diarios en Italia, Conte decidió dividir al país en tres zonas de riesgo para aplicar medidas concretas en los territorios más afectados y permitir otras actividades en aquellos con menor riesgo epidemiológico.
Así, el premier y su ministro de Salud, Roberto Speranza, decidieron que Lombardía, el motor industrial del país que aporta el 22% del Producto Bruto Interno (PBI) y concentra el 45% de las víctimas desde el inicio del brote de coronavirus, sea considerada “zona roja”, o de “elevada gravedad”, junto a Piemonte, Valle de Aosta y Calabria.
Según el decreto, que tendrá vigencia desde mañana y hasta el 3 de diciembre próximo, en las zonas rojas se prohíbe “toda entrada o salida” de personas y también los desplazamientos internos en los municipios y ciudades si no es por motivos justificados como trabajo o salud.
Además, las disposiciones del Gobierno anunciadas por Conte en rueda de prensa prevén el cierre de los negocios, excepto los esenciales como farmacias o supermercados, y en las escuelas la educación será solo presencial para aquellos menores de once años, mientras él resto deberá estudiar a distancia.
En una segunda categoría quedaron catalogadas como “zona naranja” la isla de Sicilia y la sureña Apulia, en las que además de quedar prohibidos los desplazamientos internos se dispuso el cierre de la actividad de bares y restaurantes.
Dentro del grupo de “zona amarilla”, o de riesgo bajo, quedaron incluidas las otras 14 regiones del país, incluida Lacio y su capital Roma, en las que, de todos modos, será obligatorio mostrar el módulo de autocertificación del Ministerio del Interior para desplazarse entre las 22 y las 5.
El nivel de riesgo de cada región solo se podrá modificar luego de 14 días, “si alcanza niveles de estabilidad”, planteó Conte.
A nivel nacional, las medidas dispuestas por Conte, quien aspira aún a poder llegar a la Navidad con la situación controlada, disponen también el cierre durante los fines de semana de centros comerciales y grandes mercados, además de la apertura de bares, restaurantes, heladerías y pastelerías solo hasta las 18 de forma presencial y hasta las 22 con envío a domicilio.
La nueva batería de medidas se da en un contexto en el que el Gobierno italiano prevé una caída de la economía del 9% para 2020.
Con el país cerca de alcanzar las 40.000 víctimas fatales desde el inicio de la pandemia, el premier dispuso también el cierre a nivel nacional de cines, teatros, gimnasios, piscinas, museos y exposiciones y la suspensión de toda actividad deportiva no organizada por el Comité Olímpico.
“Nos esperan meses difíciles y duros, pero respetando las reglas y con la ayuda de todos podemos parar la curva” epidemiológica, planteó Conte al justificar las medidas, luego de que este miércoles el país registrara 30.550 contagios de coronavirus y 352 muertos que elevan el total desde el inicio de la pandemia a 39.764.