Vicente Suárez Wollert, integrante de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico, solicitó al obispo de San Luis, Gabriel Barba, que informe si el monje carapintada José Miguel Padilla, imputado por abuso sexual en la localidad pampeana de Intendente Alvear, se encuentra en funciones en esa diócesis y que, de ser así, se abra una investigación interna que dé cuenta de su desempeño.
Padilla fue denunciado por abuso sexual en noviembre de 2019 por el joven entrerriano y exseminaritas de la Fraternidad de Belén, de Intendente Alvear. La causa contra Padilla se tramita en el Ministerio Público Fiscal de General Pico, a cargo de Armando Agüero.
El sacerdote fue hasta diciembre del año pasado superior de la Fraternidad de Belén, de los Capuchinos Recoletos, y responsable del colegio secundario Nuestra Señora de Luján, de Intendente Alvear. Negó la acusación.
Luego de la imputación, renunció a sus cargos. Según dijo Suárez Wollert a Diario Textual, aparentemente el monje se fue a San Luis, donde seguiría ejerciendo funciones como religioso. Por eso envió la siguiente carta al obispo puntano:
Por medio de la presente, quiero compartir con Usted mi preocupación como denunciante y sobreviviente de Abuso Eclesiástico por la presencia del sacerdote José Miguel Padilla, de la Fraternidad de Belén – Capuchinos Recoletos, que entiendo se encuentra en la Diócesis de San Luis que se encuentra bajo su cuidado pastoral.
Desde noviembre del año 2019, José Miguel Padilla se encuentra denunciado penalmente por abuso en el Ministerio Público Fiscal de General Pico (La Pampa), debido a situaciones que me tocaron atravesar durante mi permanencia en la Fraternidad por él fundada y dirigida desde 1995. Lamentablemente, la primera situación que me tocó sufrir ocurrió en Villa La Quebrada – Casa Betania – durante enero de 2016. Allí vacacionábamos con la comunidad durante el verano.
Se preguntará el motivo de mi escrito, y se debe a que el denunciado posee un vasto historial de situaciones poco felices a lo largo de su ministerio.
Hasta donde pude investigar de forma independiente y espontánea, Padilla se formó en el Seminario de San Luis y fue capellán del Ejército, adhiriendo al levantamiento “carapintada” en 1987. Un enfrentamiento con Monseñor Juan Rodolfo Laise lo obligó a alejarse de San Luis y se radicó en La Pampa – General San Martín – donde fundó la Fraternidad de Belén a la que ingresé el 25 de diciembre de 2015. Estuvo vinculado a la Comunidad Servi Trinitatis, Los Monjes del Cristo Orante y el Instituto del Verbo Encarnado, entre otros. Todos, grupos investigados tanto canónica como penalmente. Todas, asociaciones pertenecientes al ala ultraconservadora de la Iglesia Católica. Cabe destacar que fue parte de la Orden de Frailes Menores Capuchinos, pero no puedo precisar en que año, por cuanto tiempo ni los motivos por los cuales dejó de formar parte.
Asimismo, desde el inicio y los intentos de fundación de la Fraternidad, la misma estuvo colmada de inconvenientes. Los miembros dirán que se debe a pruebas providenciales, yo sostengo – por sobrados motivos – que el corte represivo y ultraconservador que buscaron imponer desde sus comienzos, fue el motivo de las continuas disputas. En 2016 Monseñor Raúl Martín recibió mi testimonio por escrito, en dos oportunidades, advirtiendo tanto la compleja estructura interna de la comunidad como la difícil y alarmante figura de Padilla. Dos años después, habiendo realizado la denuncia penal, el Obispo de La Pampa negó conocerme y haberse comunicado conmigo y además, no aportó ningún tipo de información que aporte a la causa judicial. Finalmente, enfatizó ante los medios que “Puede desdecir” a quien suscribe como a otro denunciante del clero pampeano. Pese al avance de la denuncia y las investigaciones, los antecedentes del religioso y estando al frente de un Colegio Parroquial, Padilla no fue removido de sus cargo siquiera preventivamente por parte de Raúl Martín.
Considerando el tiempo y los hechos acontecidos el tiempo en que el mencionado sacerdote estuvo y actualmente está en su Diócesis, la causa judicial en marcha y la falta de colaboración del Obispado de La Pampa, solicito a Usted:
- Arbitrar los medios necesarios para iniciar una investigación interna que dé cuenta del desempeño del sacerdote José Miguel Padilla en la Diócesis de San Luis desde su incorporación hasta el presente.
- Solicitar al Provincialato de la Orden Capuchina informes del religioso José Miguel Padilla durante su permanencia en la mencionada Congregación.
- Evitar que el mencionado clérigo esté en contacto con menores de edad o personas en situación de vulnerabilidad a través del ejercicio público del ministerio. En esta línea, evitar que dirija espiritualmente a miembros de la vida consagrada, formandos y formandas, laicos, etcétera.
- Facilitar a la Justicia ordinaria lo actuado, para que el curso de la investigación continúe a favor del esclarecimiento de la verdad.
- Informar al denunciante de las medidas llevadas a cabo a partir del testimonio volcado por la presente nota.
- Informar a la comunidad creyente y no creyente de San Luis de la presencia del mencionado clérigo en la Diócesis, sus motivos y su situación judicial.
Este es uno de los tres sacerdotes apuntados por abusos sexuales en La Pampa en los últimos años. Los otros son Héctor Coñuel -quien incluso ya fue condenado a 5 años de prisión por abusar de un joven con discapacidad, en Victorica- y Hugo Pernini -denunciado de violar a un joven cuando tenía entre 16 y 18 años, hace más de una década en Santa Rosa-.
