El 16 de noviembre, lejos de ser un día más, se transformó en una fecha muy especial para el joven matrimonio compuesto por Cristian Jeger (38) y María José Medina (36). No sólo porque en la fecha señalada fueron padres de su tercer hijo, Naitan, sino también porque el alumbramiento se produjo nada más y nada menos que en el baño de la vivienda que habitan, en el barrio Esperanza de Santa Rosa.
Luego del nacimiento, por su bajo peso, la criatura debió ser hospitalizada hasta el 21, cuando recibió el alta médica. Ahora la familia completa disfruta del pequeño en el hogar, pero a diez días del suceso el padre valoró el “rol clave” de policías de la seccional Primera, que acudieron a la casa y colaboraron con ellos instantes después del parto.
“Ahora estamos todos en casa, contentos, porque el sábado le dieron el alta a mí hijo”, comenzó diciendo Jeger, un trabajador de la construcción. “Naitan nació con bajo peso, 2,150 kilogramos, y con la bilirrubina alta por lo que debió permanecerinternado varios días”, lamentó.
Recordó que alrededor de la 0.30 del 16 llevó a su señora al hospital, donde le pasaron suero, y que regresaron a las 3. “A las 6.30, cuando yo debía ir a trabajar, se levantó (su mujer) con dolores por lo que le recomendé que se diera un baño para ver si se le pasaba un poco el malestar”, dijo el flamante papá, en diálogo con Diario Textual.
Señaló que cuando su compañera, una docente de artes visuales, salió del baño se le acentuaron los dolores, las contracciones eran cada vez más intensas y empezó a decirle desesperada “no aguanto, no aguanto”.
“Llamé rápidamente al 107 y del hospital se comunicaron con la policía, al tiempo que mi señora tenía familia en el inodoro del baño”, narró, sobre los instantes de mayor tensión en la casa.
“Acudí a tratar de sacarle la bolsa, que se rompió, mientras mi señora lo daba vuelta (al bebé) y procedía a taparlo con un toallón. En ese momento entró la Policía, que comenzó a decirnos qué hacer a cada instante sobre todo acerca de los pasos a seguir con el cordón umbilical”, valoró el hombre.
Sobre el momento del parto, aseguró que fue algo “único”, una alegría que jamás olvidará. “Pensar que en los días previos la cargaba a mi señora diciéndole que no quería estar en el nacimiento, pensando que sería en un centro de salud. Pero mirá cómo son las cosas: lo tuvimos en casa”, indicó con una sonrisa.
Naitan se sumó a los otros dos hijos del matrimonio: Lautaro, de 14 años, y Geraldine, de 7.