El candidato demócrata estadounidense Raphael Warnock ganó una de las dos bancas que Georgia tiene en el Senado, con lo que se convirtió en el primer senador afroamericano por ese estado y dejó al partido del presidente electo, Joe Biden, a un paso de obtener la mayoría en la Cámara Alta y, por ende, el control del Congreso.
Warnock, un pastor de infancia humilde que presidió 15 años la misma iglesia de la ciudad Atlanta donde predicó el asesinado activista por los derechos civiles Martin Luther King, derrotó a la senadora saliente republicana Kelly Loeffler, según proyectaron las cadenas de noticias CNN, CBS y NBC tras los comicios de ayer.
Su triunfo constituye un fuerte revés -uno más- para el presidente saliente, el republicano Donald Trump, quien hizo su último viaje como mandatario a Georgia esta semana para movilizar a sus bases y apoyar la candidatura de Loeffler y del otro candidato de su partido en ese estado, el senador David Perdue.
La atención gira ahora hacia la segunda vuelta por el otro escaño en juego en Georgia entre Perdue y el candidato demócrata Jon Ossoff, que determinará qué partido controla el Senado y, por lo tanto, el margen del demócrata Biden para avanzar su agenda legislativa.
Si los demócratas obtienen la segunda banca por Georgia, tendrán el control del Poder Legislativo, porque ya dominan la Cámara de Representantes del Congreso, y, con Biden en la Casa Blanca, también Del Poder Ejecutivo.
La carrera entre Perdue y Ossoff estaba demasiado pareja como para proyectar un ganador, dijeron las cadenas de noticias estadounidenses.
Según la ley electoral de Georgia, un candidato que va segundo puede pedir un recuento cuando el margen de diferencia con el primero es menor o igual a 0,5 %.
«Les hago una promesa: voy al Senado a trabajar para toda Georgia», declaró Warnock en un mensaje difundido en Internet.
A la espera del resultado final, el demócrata se imponía sobre la exempresaria Leoffler con el 50,6% de los votos.
Su correligionario Ossoff lideraba la otra votación y podría asestar un duro golpe a los republicanos al arrebatarles el control del Senado.
En una abundante proyección de confianza en torno a sus posibilidades de ganar su banca, Ossoff prometió dar todo lo que tiene para asegurar que los intereses de Georgia estén representados en el Senado. «Georgia, muchas gracias por la confianza que han puesto en mí. Me siento honrado por su apoyo, por su confianza», dijo en un mensaje difundido por redes sociales.
Georgia tuvo que celebrar estos dos balotajes porque ninguno de los candidatos a senador obtuvo la necesaria mayoría en los comicios generales del 3 de noviembre pasado, en los que Trump fue derrotado por Biden.
La elección es histórica por otras razones también. Warnock será el primer senador negro en la historia de Georgia. Ossoff sería, si gana, el senador demócrata más joven desde que propio Biden ganó una banca en 1973 con apenas 30 años.
Si los demócratas pierden la otra banca por Georgia, los republicanos controlarán el Senado con 51 de sus 100 bancas y Biden se convertirá en el primer presidente de su partido en asumir el poder sin una mayoría en la Cámara Alta en 136 años.
Con las dos bancas de Georgia, en cambio, los demócratas sumarán 50 y la futura vicepresidenta Kamal Harris, presidenta de la cámara, inclinaría la balanza de su lado en caso de empate en votos para una ley que requiera aprobación por mayoría simple.
El problema es que el grueso de las principales leyes necesitan una «supermayoría» de 60 votos para pasar el Senado. Por lo tanto, el partido de Biden precisaría unos 10 votos republicanos para conseguirlo.
Las dos prioridades de Biden son contener la pandemia de coronavirus y revitalizar la economía, muy posiblemente con un plan de infraestructura verde, y para ambas necesitará del Congreso.
Con un control del Senado, no obstante, los demócratas sí podrían conseguir ratificar a los nominados por Biden para puestos de gabinete y en el Poder Judicial, y también sacar adelante leyes presupuestarias, que pueden aprobarse por mayoría simple.