El principio de acuerdo sobre Gibraltar alcanzado recientemente por España y el Reino Unido es observado con atención por el Gobierno argentino, por las implicancias que puede tener en el restablecimiento del diálogo bilateral con Gran Bretaña por la soberanía de las Islas Malvinas.
Este entendimiento, sumado a la exclusión de las Malvinas del acuerdo comercial post Brexit entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido y el cada vez más evidente retiro de apoyos europeos a la política colonial británica configuran un escenario potencialmente favorable para el reclamo argentino sobre el archipiélago.
Si bien el preacuerdo que insertará a Gibraltar en la zona Schengen, de libre circulación de personas, alcanzado horas antes de la entrada en vigencia del Brexit, no tendrá implicancias directas en la cuestión Malvinas, representa un nuevo mojón en el “debilitamiento” de la política colonial británica, evalúan en el Palacio San Martín.
Es que España condicionó su aval al Brexit a que Londres se sentara en una mesa de negociación para tratar el destino del pequeño territorio bajo dominio británico y reclamado por España, algo que fue respaldado por la UE y que obligó entonces a Downing Street a aceptar un encuentro bilateral con Madrid.
El 1° de enero se consumó la salida del Reino Unido de la UE y las Islas Malvinas dejan de formar parte de su Constitución, ese vacío legal allana ahora el camino para que Argentina busque sumar apoyos de países del viejo continente a su reclamo.
Con Gran Bretaña fuera de la comunidad europea, sus enclaves coloniales de ultramar dejan de tener la protección del Tratado de Lisboa, que les confiere el mismo status que un Estado parte.
Además, al quedar excluido del acuerdo comercial post Brexit, entre la UE y el Reino Unido, el archipiélago perderá los beneficios comerciales, impositivos y aduaneros en el intercambio de los isleños con los países del bloque comunitario.
En este contexto, el Gobierno argentino buscará “profundizar el trabajo conjunto con España para llevar a los organismos internacionales sus respectivas reivindicaciones de soberanía sobre Malvinas y Gibraltar”, adelantó a Télam el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, de la Cancillería, Daniel Filmus.
Argentina tiene junto a España firmado un acuerdo de reconocimiento mutuo de soberanía sobre esos territorios, que incluye el compromiso de trabajo conjunto en los organismos multilaterales. El ejemplo más claro se evidencia en el ámbito de la Cumbre Iberoamericana.
“Malvinas y Gibraltar son los dos casos que, bajo tratamiento ante el Comité Especial de Descolonización, las Naciones Unidas reconocen la existencia de una disputa de soberanía donde prevalece la integridad territorial y no les resulta aplicable el principio de libre determinación de los pueblos. En ambos casos la Comunidad Internacional exhorta a resolver la disputa mediante negociaciones bilaterales”, recordó Filmus.
Si bien el relativo peso geopolítico de España la ubica en otra posición respecto al que tiene la Argentina, para Filmus, el hecho de que Inglaterra haya tenido que aceptar negociar bilateralmente las condiciones de la nueva situación de Gibraltar “abre nuevas perspectivas para el restablecimiento de un diálogo directo entre Argentina y el Reino Unido por la soberanía de Malvinas”.
Pero a diferencia de la fórmula del “paraguas de soberanía” utilizada por los gobiernos del español Pedro Sánchez y del primer ministro británico, Boris Johnson, en las tratativas por Gibraltar, Argentina no está dispuesta dejar de lado su reclamo por Malvinas en una eventual mesa de negociación con el Reino Unido.
“Creemos que el Brexit es una oportunidad para que en la causa Malvinas también se retome el dialogo bilateral entre Reino Unido y Argentina. En nuestro caso tiene que ser en consonancia con lo planteado por la resolución 2065 de Naciones Unidas, que Reino Unido persiste en incumplir”, sostuvo Filmus a Télam.
En ese sentido, ratificó que para el Gobierno argentino «el camino del diálogo es el único que nos puede llevar a una solución pacífica y definitiva del diferendo territorial» y agregó: «Reino Unido no debería dejar pasar esta oportunidad».
La postura argentina cuenta con el respaldo de foros multilaterales que a través de numerosas declaraciones insistieron en el llamado al diálogo, entre ellos, la OEA, el Grupo de los 77 + China, la Cumbre Iberoamericana, la Celac, el Mercosur, el Parlasur, la Cumbre África-Sudamérica (Asa y la Cumbre América del Sur-Países Árabes (Aspa).
Los casos de Malvinas y Gibraltar tienen puntos de coincidencia, pero también diferencias sustanciales en cuanto al volumen jurídico e histórico de sus reclamos.
Durante la guerra de sucesión española (1701-1714), España firmó junto a Países Bajos y Gran Bretaña, el llamado Tratado de Utrecht, un acuerdo de paz mediante el cual cedió el territorio que entonces ocupaba Gibraltar al Reino Unido, a diferencia de Argentina que sostuvo su reclamo en los 188 años que lleva la ocupación británica en las islas del atlántico sur.
Más allá de Gibraltar, el colonialismo británico viene sufriendo el impacto de la quita de apoyos de sus exsocios europeos.
En el 2019, la Unión Europea no acompañó al Reino Unido en su disputa contra el Estado de Mauricio por el Archipiélago de Chagos y la asamblea de ONU ordenó al Gobierno británico restituir esos territorios en un plazo de seis meses.
En esa oportunidad, la postura británica fue rechazada por 114 votos contra 6, dentro de los cuales solo un país europeo (Hungría) acompañó al Reino Unido.
Para el funcionario de la Cancillería, todo esto demuestra que existe “un claro debilitamiento del apoyo político de la UE al Reino Unido y también una conciencia general de que no hay más lugar para el colonialismo en el Siglo XXI”.
A ello se suma la declaración unilateral, que, con acuerdo de todos los países miembros, emitió el Mercosur el año pasado, que establece que, para cualquier negociación con la UE, la legislación vigente en Malvinas es la Argentina, condición aplicable en caso de que el Reino Unido intente avanzar en un acuerdo de libre comercio con el bloque regional.