Los transportistas de cargas generales y mercaderías que viajan diariamente desde Santa Rosa a distintos puntos del país están soportando como pueden los constantes incrementos de combustibles. “Estamos en la disyuntiva de subir las tarifas, a riesgo de perder clientes, o mantenerlas para no perder trabajo. El problema es que los costos suben semana a semana”, dijeron a Diario Textual.
El transporte es clave en el costo de vida. Si sube el gasoil, inevitablemente ese incremento se traslada a los fletes y en consecuencia a la mercadería que se transporta.
Si bien el combustible está subiendo constantemente, las empresas están absorbiendo como pueden esas alzas para que no se caiga la clientela, que de por sí ha bajado por la merma del consumo.
El último aumento se aplicó hoy: YPF dispuso un incremento del orden del 4 por ciento, a lo que se suma un 1 por ciento aplicado el sábado pasado. Esto es posible porque el Gobierno de Mauricio Macri eliminó las restricciones al mercado de los combustibles, es decir, lo liberó.
Aguantar
“Todavía no subí las tarifas. Lo voy a aguantar lo que más pueda porque hay poco movimiento y en los últimos meses el trabajo bajó alrededor de un 20%”, dijo a Diario Textual Federico, propietario de Expreso Gonzalo, que tiene servicio diario a Buenos Aires.
“Los clientes no saben si comprar o no porque las empresas no tienen precio y no entregan mercadería. Está todo planchado”, agregó.
Un “retoque”
Marcelo, de Transporte Pampa, contó un panorama similar. “Mucho no se puede aumentar, se retoca muy poquito”, dijo. “El problema son los gastos fijos que hay: en la empresa tenemos alrededor de 90 mil pesos por semana para mover seis camiones y ronda el millón de pesos por mes mover toda la flota”, reveló.
Más aumentos
Las perspectivas a futuro es que los aumentos van a seguir. “No hay ninguna restricción en el mercado de combustibles. Si las empresas creen que el precio al que venden a las estaciones de servicio no es suficiente para pagar sus costos, entonces se encarecerán y perderán volumen. El precio es libre”, dijo el ministro de Energía, Javier Iguacel.
Así, echó por tierra cualquier posibilidad de intervención oficial en el mercado de las naftas para proteger el bolsillo de la gente.