La vacuna de AstraZeneca sigue sumando inconvenientes. Ahora el gobierno de Alemania suspendió la aplicación del inoculante a los menores de 60 años, después de confirmarse varios casos de formación de coágulos sanguíneos.
“Hemos decidido, por precaución, suspender la vacunación de los menores de 60 años con AstraZeneca”, dijo la responsable de salud de la Ciudad-Estado de Berlín, Dilek Kalayci, después de una reunión entre el Gobierno federal y los líderes de los 16 estados.
La funcionaria dijo que la decisión se tomó luego de que el ente regulador médico del país anunciara 31 casos de personas que desarrollaron inusuales coágulos sanguíneos cerebrales tras recibir el inmunizante y reveló que nueve de ellas murieron. El ente regulador indicó que todos los casos menos dos se dieron en mujeres de entre 20 y 63 años.
La comisión de vacunación (STIKO) había anunciado poco antes su determinación de “recomendar la vacuna de AstraZeneca únicamente para los mayores de 60 años”. Los menores podrán hacerlo sólo después de “consultar a un médico que practique la vacunación y un análisis personalizado de los riesgos”, precisaron los ministros. Los que ya recibieron la primera dosis deberán esperar para la segunda.
La medida se apoya en “los datos disponibles que muestran la aparición inhabitual, pero muy grave, de trombosis como efecto secundario”, que afectan “principalmente a personas menores de 60 años entre 4 y 16 días después de la vacunación”, detalló la STIKO.
La vacuna de AstraZeneca ya había sido suspendida en casi toda Europa por estos efectos colaterales. Alemania había reanudado a mediados de marzo la utilización de la vacuna en todas las franjas de edad, siguiendo las recomendaciones de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Ya se suministraron 2,7 millones de dosis.
Apenas hace una semana las autoridades sanitarias de Estados Unidos habían puesto en duda los datos sobre la eficacia de la vacuna de AstraZeneca, que todavía no fue autorizada en ese país. El fármaco atraviesa una fuerte crisis de desconfianza aunque sigue siendo el más aplicado en Europa.
Al contrario de lo determinado por Alemania, en principio en el viejo continente no se aconsejaba la aplicación en mayores de 60 años ya que los estudios del laboratorio no estaban completos en ese segmento.