El 31 de marzo último finalizó el diferimiento de cuotas de los créditos hipotecarios UVA a partir del cual se podía postergar el pago para después de la finalización de la vida del préstamo y la medida agravó aún más la situación de los tomadores de esos préstamos. “Está muy complicado el panorama. Muchas familias no pueden pagar”, dijo a Diario Textual uno de los voceros del sector, Alejandro Wiggenhauser.
El año pasado, por la pandemia, el Banco Central dispuso la posibilidad de postergar las cuotas impagas de los créditos (excepto financiaciones de tarjetas de crédito) hasta el final de la vida del préstamo, devengando sólo la tasa de interés compensatoria prevista contractualmente, y sin aplicar ningún cargo extra. La medida incluyó también los créditos hipotecarios UVA.
El diferimiento se complementó con el congelamiento del valor de las cuotas que dispuso el Gobierno, que también finalizó.
“El problema es que el 31 de marzo terminó el diferimiento para la gente que no estaba pudiendo pagar desde mayo de 2020 y a partir de la próxima cuota ya no pueden diferir más al final del crédito. Esto complicó aún más la situación porque hay muchas familias que no pueden pagar”, dijo Alejandro Wiggenhauser, uno de los vecinos afectados por los créditos UVA en el barrio Procrear, de Santa Rosa.
Reveló que hay un porcentaje grande de familias que han diferido las cuotas porque no podían pagar y a partir de abril van a caer a la realidad. “La mayoría tiene un sueldo público de 60 o 65 mil pesos y tendrá que pagar una cuota de 34 mil pesos, más servicios, impuestos, hijos en edad escolar, etc, etc. Es imposible”, alertó.
La problemática de los créditos con actualización UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) afecta a muchas familias pampeanas. Sólo en el barrio Procrear, de Santa Rosa, son 28 los afectados. Se trata de gente que recibió sus departamentos con retraso durante el macrismo y que, a diferencia de los primeros habitantes del barrio, las cuotas mensuales se actualizan por una fórmula basada en la UVA, atada a la inflación.
La diferencia de las cuotas a pagar entre los vecinos es notable: mientras que los atrapados en el UVA deben abonar entre 34 mil y 36 mil pesos -dependiendo del departamento-, sus vecinos que recibieron las llaves en el Gobierno kirchnerista tienen que abonar unos 12 mil pesos. Y, por ahora, no hay solución.