Como muchos de sus compañeros de Cambiemos, María Eugenia Vidal manifestó estar en contra de la iniciativa para legalizar la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), e incluso se fotografió con el pañuelo celeste “a favor de las dos vidas”. Más allá de la interna que el debate sobre el aborto generó en la coalición oficialista, la gobernadora de Buenos Aires mostró “preocupación” este lunes por la situación de la provincia de Buenos Aires en materia de salud en caso de que la iniciativa se apruebe en el Senado el próximo 8 de agosto.
Si bien prometió «cumplir» con la ley que eventualmente vote el Congreso, la mandataria provincial advirtió sobre las dificultades que afrontará el sistema de salud bonaerense para aplicar la ley. “Si sale lo vamos a cumplir, pero el proyecto tiene cuestiones complejas a la hora de su implementación”, sostuvo Vidal a sus colaboradores, según publicó Clarín.
La dirigente de Cambiemos anticipó además que aplicar la ley podría empeorar dificultades ya existentes en la programación de intervenciones de salud. «Si por una intervención de una enfermedad de alta complejidad un hospital público demora más de 20 días en hacer una operación, no quiero imaginar qué pasará con una intervención de apenas 5 días de programación como puede ser un aborto», dijo a sus ministros, según consignó Infobae.
Otra de las preocupaciones que trasmitió la mandataria a su gabinete es en relación a la cláusula de objeción de conciencia, que posibilita a los médicos rechazar la intervención.