El papa Francisco aseguró hoy que «quien hace un aborto mata», lo calificó como «un homicidio» y defendió que «desde la tercera semana de concepción hay una vida humana», al tiempo que se mostró favorable una vez más a las leyes de unión civil entre personas del mismo sexo, aunque no así el matrimonio.
«El problema del aborto es más que un problema. Es un homicidio, sin medias palabras. Quien hace un aborto, mata», sentenció el pontífice hoy durante la conferencia de prensa a bordo del avión que lo trajo de regreso a Roma tras una gira de cuatro días por Budapest (Hungría) y Eslovaquia.
«Tomen cualquier libro de embriología, en esos que se estudian en la facultad de Medicina. En la tercera semana de concepción, tantas veces antes de que la madre se de cuenta, todo el ADN está ahí. No es una persona, es una vida humana», planteó.
«Este principio es así de claro, No hay que andar con cuestiones extrañas. Científicamente es una vida humana, los libros nos enseñaron eso. Y por esto la Iglesia es así de dura en este argumento, porque si no es un poco como si aceptase el homicidio cotidiano», sostuvo.
Durante el diálogo de media hora con los medios que lo acompañaron al viaje, entre ellos Télam, el Papa ratificó una vez más su apoyo a las uniones civiles en general y en particular entre las personas del mismo sexo, y volvió a plantear que, según la doctrina de la Iglesia, «el matrimonio como sacramento es entre hombre y mujer».
«El matrimonio es un sacramento. La Iglesia no tiene el poder de cambiar el sacramento como el Señor lo ha instituido», sostuvo el Papa al ser consultado sobre la recomendación de un tribunal europeo para que los países del bloque apoyen el matrimonio igualitario.
El Papa, en cambio, sí se mostró a favor de las leyes de unión civil porque, planteó, «son leyes que buscan ayudar la situación de tanta gente de orientación sexual diversa».
«Y es muy importante que se ayude a esta gente. Si ellos quieren llevar la vida juntos, los Estados tienen posibilidad en lo civil de sostener y darles seguridad de herencia y salud», enfatizó.
En esa línea, el Papa aseveró: “Los franceses tienen una ley para esto, no solo para los homosexuales. Debemos respetar a todos. Por favor no hagan que la Iglesia reniegue de su verdad», pidió.