Un informe de la Oficina de la Mujer y Violencia Doméstica del Poder Judicial de La Pampa reveló que Y.A.C., la pareja de Gabriel Páez Albornoz, el policía envenenado con un poderoso insecticida, sufría violencia de género “en el tipo psicológico, emocional, verbal, sexual, físico, económico, patrimonial, ambiental y simbólico”. El miércoles la defensa de la joven solicitará una prueba de ADN de la bolsa donde estaba el veneno para determinar el perfil genético de las huellas.
El informe, al que accedió Diario Textual, fue elaborado por un equipo interdisciplinario de la Oficina de la Mujer del Poder Judicial.
Las y los profesionales que intervinieron concluyeron que “los primeros signos de microviolencias de la pareja de Páez Albornoz se dio en los inicios del vínculo (2008)”, por celos, que se daban en “situaciones en la vía pública, en salidas sociales y en presencia de otras personas, ante la mirada de otros hombres”.
Estos comportamientos “se agudizaron con el paso de los años y a partir del nacimiento del hijo de la pareja se agravó la modalidad vincular violenta y emergieron en dicho momento los primeros episodios de violencia física”, aseveró el informe.
“En relación a ello, la señora expresa que su pareja la agrediría físicamente en distintas partes del cuerpo, y emplearía formas de golpear que no dejaran marcas (golpes con mano abierta). Además le propinaría golpes en la cabeza con el arma reglamentaria y empujones”, dijeron los peritos.
Siempre según el informe oficial, “en la etapa del puerperio Páez Albornoz se mostraría más irritable, reaccionaría con nerviosismo y enojo ante el llanto del bebé, asimismo expresaría que no soportaría al niño. Ante estas situaciones, y para preservar a su hijo, la señora se encerraba en una habitación con el mismo”.
Las situaciones de violencia física y psicológica fueron en aumento y ello motivó diversos pedidos de ayuda por parte de la mujer, como así también la única separación de la pareja. “En dichas circunstancias Páez Albornoz la amenazó de
muerte, con prender fuego la vivienda con ella adentro, con sacarle al bebé, como así también de ocasionar un daño a su familia”.
Según los especialistas que entrevistaron a la joven, “había características cíclicas en la modalidad vincular violenta y los episodios de violencia no se interrumpieron y se intensificaron en gravedad y frecuencia hasta la actualidad”.
“En el último tiempo Páez Albornoz advirtió que Y.A.C. estaba decida a interrumpir la relación de pareja, situación que incrementó sus conductas violentas”.
Del testimonio de la mujer, “se desprende que en el lapso de los últimos 15 días aproximadamente los episodios de violencia emocional, psicológica y verbal se darían en forma diaria y continua durante el transcurso del día y de la noche, con episodios además de violencia física. Circunstancias en las cuales el señor la amenazaría con matarla a ella, a miembros de su familia, al niño, haría alusión permanente al arma de fuego, la cual utilizaría además para intimidarla y la dejaría sobre la mesa”, reveló el informe.
En las conclusiones, el equipo de la Oficina de la Mujer afirmó que del relato de la joven se desprende que sufría violencia del tipo “psicológico, emocional, verbal, sexual, físico, económico, patrimonial, ambiental y simbólico”.
El próximo miércoles, pudo saber Diario Textual, la Fiscalía pedirá que el juez autorice los análisis correspondientes de las muestras recolectadas por la Agencia de Investigación Científica para la obtención de los perfiles genéticos en la bolsa donde se encontraba el poderoso insecticida que consumió Páez Albornoz. Luego, los van a cotejar con ADN para ver de quiénes son esos perfiles.
El policía -que practicaba pesas- se intoxicó el domingo 5 de septiembre por la noche, cuando se encontraba en la sede de la División Seguridad Rural, en Toay.
El uniformado ingirió un poco del batido que contenía una botella de vidrio. Incluso un perro que lamió el líquido murió casi inmediatamente.
Los peritos encontraron restos de Metimol en una licuadora y en los jugos gástricos de perro y en la orina del policía. También los policías hallaron un sobre con el veneno en la vivienda que compartían.
Cinco días después, detuvieron a la pareja del policía y ordenaron su detención ante la sospecha de que intentó envenenarlo. Actualmente está con arresto domiciliario.