El bloque de diputados de Juntos por el Cambio no dio quórum a la sesión convocada por el Frente de Todos para este martes que tenía como tema principal la ley de etiquetado frontal, el proyecto que obliga a las empresas alimenticias a informar los nutrientes críticos en los envases. La decisión fue duramente cuestionada por el oficialismo, entre ellos el pampeano Ariel Rauschenberger. “Por un lado no vienen a trabajar y por el otro no les importa la salud de los niños y jóvenes que es a lo que apunta lo de alimentación saludable”, lanzó el legislador. “Tampoco les interesa tratar el proyecto sobre la jubilación a los viñateros”.
Como anticipado las autoridades del interbloque, el radical Mario Negri y Cristian Ritondo del PRO, sus dirigidos no se acercaron al recinto a las 11 de la mañana, aunque hubo excepciones: los mendocinos Claudia Najul y Facundo Zamarbide, de la UCR, se acercaron a colaborar, pero no alcanzó. Tampoco fue suficiente el respaldo de los dos diputados de izquierda.
De este modo, fracasó la primera sesión presencial convocada en la Cámara baja luego de un año y medio de funcionamiento virtual por la pandemia de coronavirus.
La sesión fue solicitada por la bancada del Frente de Todos, que encabeza Máximo Kirchner, para debatir un conjunto de iniciativas consensuadas con la mayoría de los bloques después de tres meses sin deliberar, debido a la campaña electoral y a la falta de acuerdo entre los distintos espacios parlamentarios.
La sesión fue convocada para las 11 del martes, con el objeto de debatir un amplio temario que tenía como tema central el etiquetado frontal de alimentos, un proyecto que busca advertir a la sociedad sobre los productos que tienen un alto contenido de grasas, sodios y azúcares, con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos.
Además de este proyecto estratégico para la salud, que es resistido por algunas empresas de la alimentación, se pretendían debatir proyectos como el que propone políticas transversales para las personas en situación de calle y otro referido a medidas vinculadas con la actividad de la vitivinicultura.
El proyecto que busca aprobar el FdT propicia advertir a la sociedad sobre los productos que tienen un alto contenido de grasas, sodios y azúcares, con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos.
La iniciativa es rechazada por algunas empresas de la alimentación y genera resistencias entre legisladores de las provincias del norte, sin distinción de alineamientos políticos, ya que desde esa región del país sostienen que el etiquetado frontal perjudicará a la producción azucarera, por lo que promueven introducir modificaciones en el texto que se aprobó en el Senado.
A multas de septiembre pasado, organizaciones de la sociedad civil enviaron cartas a los presidentes de todos los bloques de la Cámara de Diputados para reclamar el tratamiento urgente, antes el riesgo de que pierda estado parlamentario.
“No hay motivos válidos para retrasar más la aprobación de la ley. El proyecto cuenta con amplio apoyo de la sociedad civil y académica, tanto de Argentina como de la región; con el respaldo de la mejor evidencia científica libre de conflicto de interés y con el aval de la Cámara de Senadores. Es hora de que los y las diputadas pongan fecha para sesionar y aprueben el proyecto sin más demoras ”, reclamó en aquel momento Victoria Tiscornia, investigadora de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC).