Por Norberto Asquini
El gobernador Sergio Ziliotto no pudo este domingo torcer una elección que se le vino encima. En su primera contienda electoral al frente del gobierno, no pudo remontar el resultado de las PASO. Fue más pesada el ancla de la nacionalización que todo el empuje de la campaña provincial.
Como indicó el consultor Cristian Buttié, Ziliotto traccionaba a la positiva y el presidente Alberto Fernández a la negativa en la provincia. Para el peronismo pampeano, ese peso que tuvo que afrontar, fue demasiado: por un lado la “ola amarilla” que capitalizó el descontento contra el gobierno de Alberto Fernández y la situación económica y que barrió con los peronismos de casi todas las provincias; por otro con el voto antikirchnerista muy fuerte en algunos puntos de la provincia; y finalmente con el ruido interno con Carlos Verna jugando a las escondidas en General Pico. Una conjunción de factores que minaron cualquier recuperación.
A partir de este resultado habrá varias lecturas. Desde Casa de Gobierno se entiende que solo se perdió una elección en la que la gente no votaba por la actual gestión sino por la situación nacional. “Un tropiezo no es caída”, indicó un alto funcionario consultado este domingo, ya resignado a pensar en lo que viene y olvidar lo que se deja atrás. A Ziliotto le quedarán dos años más de gobierno, con números altos de aprobación según las encuestas, y la búsqueda de la reelección. Desde el lunes es otra historia. Otros hablarán de un gobierno debilitado por la derrota y en cómo continuará la relación con Verna, si se termina de romper o se arregla de alguna manera.
En el peronismo pocos dirigentes “salvaron la ropa” este domingo de la tormenta perfecta. La Cámpora festeja una victoria en Santa Rosa, conseguida gracias a la militancia de todos los sectores y los recursos provinciales. Pero el saldo que le queda no es del todo bueno: el voto anti K en el interior de la provincia es un limitante para sus sueños de futuro. El ultravernismo envió un mensaje a Ziliotto con algunos resultados de Pico y el norte provincial. Puede llegar a ser un tiro en contra de acá a dos años al dejar avanzar a la oposición en su terreno. Es la peor caída en lo que fue el bastión peronista de la provincia.
El festejo es todo de la oposición de Juntos por el Cambio. Es una victoria histórica frente al contrincante imbatible, ayudado por esa ola nacional que barrió a los oficialismos del PJ. Por primera vez lograron dos cargos de senadores y dos de diputados y eso hace soñar a algunos con lo que pasará dentro de dos años. Para quienes se quedaron con los cargos es también un espaldarazo para intentar reordenar el interior de esa oposición dividida y dispersa. El camino marcado por la alianza entre el radical Daniel Kroneberger y el larretista Martín Maquieyra dio cuenta de que los consensos logrados fue la fuerza que logró esa victoria. Más allá de que el resultado tuvo por motivación principal esa enojosa ola nacional más que por el respaldo a la oposición pampeana o en contra del gobierno provincial.
Esa alianza mostró que es el camino para enfrentar el 2023. Pero también que deberán lidiar con sectores y dirigentes que no lo entienden así. ¿Se mantendrá unido Juntos por el Cambio en La Pampa? Es difícil. Pero ya se dejó marcado el rumbo para dentro de dos años.
Quedan dos años para 2023. Como indica el consultor Gustavo Córdoba, una legislativa marca una coyuntura, pero no determina una ejecutiva. El peronismo está golpeado y la oposición exultante con el resultado. Las ejecutivas serán otra historia.