Sharbat Gula, dueña de un rostro mundialmente conocido porque hace 30 años fue tapa de una edición de la revista National Geographic que contó el drama de los refugiados, llegó hoy a Roma tras ser evacuada de Afganistán por el regreso de los talibanes al poder.
Aquella niña de ojos verdes con la cabeza cubierta «acaba de llegar a Roma», anunció en un comunicado la jefatura de gobierno, que recordó que Sharbat fue fotografiada a los 12 años, a finales del 1984, en un campo de refugiados en Pakistán, lo que la convirtió en un símbolo mundial del sufrimiento y la inestabilidad política y social de esa región.
Sharbat Gula pidió salir de su país tras la toma del poder por los talibanes en agosto y el gobierno italiano «facilitó y organizó» su traslado a ese país, como parte del programa para la evacuación de ciudadanos afganos y el plan para su recepción e integración, explica el comunicado, citado por la agencia de noticias AFP.
Aquella foto «llegó a simbolizar las vicisitudes y los conflictos de esa etapa histórica que atravesaba Afganistán y su pueblo», escribió la oficina de prensa del primer ministro Mario Draghi.
Sharbat Gula llegó a Pakistán como huérfana cuatro o cinco años después de la invasión soviética de Afganistán en 1979 junto con los miles de afganos que huían de las zonas de combate en la frontera.
Su imagen volvió a dar la vuelta al mundo cuando el fotógrafo Steve McCurry volvió a buscarla en 2002 y comprobó la vida difícil que seguía teniendo, por lo que la propuso de nuevo como protagonista de la portada de National Geographic.
Analfabeta y madre de cuatro hijos, Sharbat desconocía que millones de personas habían visto su foto, ni que su imagen había desatado una movilización internacional a favor de los refugiados.
En 2016 había sido enviada a Afganistán, pese a que no quería volver, porque consideraba poco seguro a su país.