Lucio Dupuy, el niño asesinado en Santa Rosa el viernes presuntamente por su madre y otra mujer, tuvo el último adiós, en un velorio del que participó su padre Christian Dupuy, sus tíos, primos y abuelos.
Christian eligió despedirlo con un mensaje por las redes sociales. Es el siguiente:
«A sólo pocas horas de tu entierro en ese lugar que siempre tanto escalofríos me dio, para que tu cuerpito en paz descanse, con lágrimas en los ojos sin fuerzas y sin poder haber pegado un ojo mirando al pasillo para ver si te veía dejando mi mano extendida para ver si me tocabas, buscando explicaciones pensando si todo esto es verdad, torturándome con tu imagen en ese cajoncito, y pidiéndole respuestas a Dios.
Hijo mío, me dejás con el alma rota buscando ‘el por qué’ de tantas cosas y me doy cuenta ahora de lo que estabas sufriendo y yo sin saberlo y ahora es tarde, te tenían preso de tu infancia e inocencia, ahora comprendo cuando hacíamos videollamada y yo te preguntaba algo y lo que hacías era mirar para los costados para ver si alguna te estaba escuchando, por eso tardabas en contestarme cuando te preguntaba si eras feliz. Te tenían en silencio…. tenías miedo y yo no me di cuenta.
Perdóname hijo, no llegué a tiempo. Ay hijito, cómo me duele el alma. Mi rusito, mi gringo te amo tanto. Ya no puedo seguir más mi vida donde encuentro las fuerzas que me mandas hijo. Te amo. Perdóname por no poder hacer nada«.
Lucio, de 5 años de edad, murió el viernes 26 por la noche, luego de ser brutalmente golpeado. El niño vivía en una casa de la calle Allan Kardec al 2300, de Santa Rosa, junto a su madre Magdalena Espósito Valenti (24 años) y a la pareja de su mamá Abigail Páez (27 años).
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El viernes, cerca de las 21.30 horas, las dos mujeres concurrieron con el niño en brazos, convulsionando, a la posta sanitaria del barrio Atuel.
Posteriormente el niño fue trasladado al Hospital Evita, ya sin signos vitales, donde se constató su fallecimiento.
Lucio ingresó al hospital con sangre en la boca y moretones en diversos lugares del cuerpo. Incluso tenía la marca de una zapatilla en la espalda.
Según se determinó en una autopsia, se pudo establecer que murió por “múltiples golpes” y, además, se comprobó que tenía -de vieja data- mordeduras y quemaduras de cigarrillo.
Magdalena Espósito Valenti está acusada del delito de homicidio calificado por el vínculo -que prevé una pena de perpetua-, en tanto que Páez está apuntada por homicidio simple -de 8 a 25 años-. El juez Daniel Ralli dictó la prisión preventiva para ambas hasta la finalización del proceso.
Christian Dupuy y Magdalena Espósito Valenti convivieron junto a Lucio, en General Pico. Sin embargo, hace unos 3 años se separaron y Magdalena formó pareja con Abigail.
Según dijo la familia paterna de Lucio, Magdalena se trasladó desde Pico a Córdoba y “abandonó” a Lucio, que quedó al cuidado de un tío, Maximiliano Dupuy.
Posteriormente, a punto de perder la patria potestad, Magdalena se hizo cargo de Lucio y se trasladó a Santa Rosa.
En el medio, siempre según la versión de la familia paterna, hubo advertencias de la familia paterna del riesgo que corría con su madre y su pareja. Christian Dupuy en varias ocasiones solicitó ante la Justicia la tenencia del chico, pero siempre le fue negada en beneficio de la madre.