“Mi testimonio fue evaluado y me creyeron. Se está llegando a una verdad, luego de tantos años de impunidad”. Así lo dijo Agustín, el joven que denunció haber sido abusado sexualmente hace una década en la Iglesia Católica por el sacerdote Hugo Pernini, en una entrevista a Radio Textual (LU 33).
El martes 7, el juez Gastón Boulenaz declaró como “culpable” del delito de abuso sexual al sacerdote: dijo que se comprobó que violó a un adolescente, cuando era menor de edad, en una casa contigua a la Iglesia Luján, en Santa Rosa. Además, le dictó la prisión domiciliaria.
Ahora se espera que, en una nueva audiencia a desarrollarse el día 16, se fije pena que deberá cumplir el sacerdote: podría ser de 8 a 20 años de cárcel.
Pernini fue encontrado culpable del delito de abuso sexual simple, gravemente ultrajante y con acceso carnal, agravados todos por ser el autor ministro de un culto religioso.
Agustín -nombre ficticio para proteger su identidad- dijo que sintió un “alivio” por la declaración de culpabilidad al cura.
Expresó que la Iglesia Católica sigue protegiendo a abusadores sexuales. “No hay ningún cambio. Es la forma de manejarse de la institución, la Iglesia Católica. Cuando ocurren estos casos, lo primero que hacemos es hablar con algún superior de la Iglesia. Pero no encontramos respuesta. Por eso recomiendo que no hay que hacerlo porque nos revictimizan”, sostuvo. “Yo, por ejemplo, fui a hablar con el obispo (Mario) Poli. Habrá sido una conversación de dos minutos… Me dijo que siguiera mi vida y que vaya a un psicólogo. Por eso hay que ir a la Justicia porque dentro de la Iglesia tratan de cuidar su imagen”, dijo.
Además, cuestionó el argumento de la defensa de que hubo «consentimiento» en las relaciones sexuales con Pernini. «Consentimiento no hubo. Lo determinaron las pericias», respondió. «No hubo por asimetrías de poder y la edad mía del momento. En todo caso, es una estrategia que tiene la defensa».
Agustín manifestó que conoce más casos de abusados por Pernini. “Yo no soy el único abusado: hay muchos casos más. Todo el que transitaba por la Iglesia de Luján sabía de los casos de abusos. Decían, por lo bajo, ‘tal sí, tal no…’. Era como un silencio cómplice, un secreto a voces. Se sabía… Lo que pasa que enfrentar todo esto es un proceso durísimo, más en este tipo de casos. Este tipo de delito queda generalmente impune porque no se denuncia. Hay miedo a ser señalado y juzgado. Pero por suerte esto está cambiando”, dijo. «Creo que esta condena va a ayudar en el futuro».
También reclamó duras condenas en la cárcel. «Estas personas no se curan: por eso tienen que estar ‘adentro’, encarceladas, para cuidar a las infancias. No pueden estar libres porque son personas protegidas y encubiertas por los obispos ¿Qué se puede esperar? Tienen que estar adentro«, manifestó.
Dijo que con el ascenso de papa Francisco «no cambió nada» en la estructura de la Iglesia. «En la práctica sigue funcionando todo igual. No hay que perder de vista que el mismo (Jorge) Bergoglio encubrió casos de pedofilia en Buenos Aires», manifestó. «Se de un caso que, cuando una víctima fue a alertarlo, Bergoglio hizo lo mismo que me hizo a mi Poli: le dijo que siguiera con su vida», sostuvo.
«Yo sigo creyendo en Dios, pero ya no formo parte de la Iglesia Católica», manifestó.