Dinamarca, primer país de la Unión Europea (UE) en autorizar el tratamiento antiviral molnupiravir, notificó hoy casi 10.000 nuevos casos de coronavirus, cifra diaria sin precedentes desde el inicio de la pandemia que aparentemente responde a la plena introducción de la variante Ómicron.
La primera ministra, Mette Frederiksen, lamentó en Facebook que los niveles de contagio son «muy, muy altos» y anticipó que, «sin duda», será necesario adoptar nuevas restricciones para contener la expansión del virus en las próximas semanas.
El Statens Serum Institut, que supervisa las enfermedades infecciosas en Dinamarca, actualizó el balance oficial de casos con 9.999 nuevos positivos, el cuarto récord diario consecutivo.
El país nórdico, de 5,8 millones de habitantes, tiene confirmados ya 6.047 casos de Ómicron, frente a los 4.535 del ayer, según la agencia de noticias Bloomberg.
La negativa noticia se difundió después de informarse que Dinamarca se convirtió hoy en el primer país de la UE en autorizar el tratamiento antiviral molnupiravir, desarrollado por el laboratorio estadounidense Merck, para pacientes de riesgo con síntomas de coronavirus.
El medicamento en forma de píldora, comercializado con el nombre de Lagevrio, fue aprobado en noviembre por el regulador de la UE para su uso de emergencia y luego autorizado formalmente para su comercialización.
El flamante medicamento está aprobado desde noviembre en el Reino Unido y está en proceso de habilitación en Estados Unidos, pero sus resultados, inferiores a los esperados llevaron a los países a esperar.
«Recomendamos el tratamiento con la píldora porque creemos que los beneficios superan a los daños para aquellos pacientes que corren más riesgo de enfermar gravemente de Covid-19», dijo la responsable de la Agencia Nacional de Salud (SST), Kirstine Moll Harboe, en un comunicado recogido por la agencia de noticias AFP.
Dinamarca vive otro fuerte rebrote agravado por la torrencial irrupción de la cepa Ómicron, que se espera que sea dominante en Copenhague esta semana y a la que la Organización Mundial de la Salud calificó de «inusual propagación, alta contagiosidad» pero al parecer no tan letal como su antecesora Delta.
Dinamarca suma 579.000 contagios y 3.039 muertes desde el inicio de la enfermedad, según los últimos datos oficiales.