La villa Casa de Piedra sigue creciendo con inversiones públicas y privadas para producir vinos de media y alta gama. En medio de la vendimia, que se estima se extenderá hasta principios de abril, Catena Zapata y Familia Cassone ya han comprado más hectáreas para ampliar sus viñedos; el Estado provincial sigue avanzando para construir una bodega boutique por mil millones de pesos; y las reconocidas bodegas Luigi Bosca, Rutini y Grupo Peñaflor -de Trapiche y El Esteco, entre otras- están analizando también hacer pie bajo las bardas que dan al río Colorado.
Hay varias características que atraen a Casa de Piedra de estas empresas con años de trayectoria en la provincia de Mendoza: ensayos y respaldo del Estado pampeano a las empresas inversoras; calidad y abundancia de producción -una combinación que no se consigue habitualmente-; menor cantidad de plagas que atacan a las plantas; y ambiente con pocas heladas y sin mayores incidencias de granizo.
Para los viñedos, la inversión por hectárea en los alrededores del pueblo -fundado hace casi 16 años, frente al mayor lago artificial del país- es de unos 15 mil dólares. El riego es todo por goteo. “No se pierde nada de agua”, destaca a Diario Textual el vicepresidente del Ente Provincial del Río Colorado (EPRC), Roberto Bigorito.
El ente -que este año cumple 60 años y depende del Ministerio de la Producción- en Casa de Piedra tiene una chacra experimental de 10 hectáreas. Allí se realizan ensayos y producciones de diferentes especies para que sean analizados por los potenciales inversores. “En la chacra se intenta demostrar lo que se puede producir bajo riego en el río Colorado”, cuenta Bigorito.
En la chacra del ente hay uvas como el Malbec, Merlot, Chardonay, Tannat, Sirah y Bonarda. Además, siguiendo la tendencia mundial sobre los vinos, ya comenzaron a implantar cepas no tradicionales: Marselan, Marsanne y Garnacha, entre otras.
Desde fines de febrero y hasta los primeros días de abril, se está desarrollando la vendimia. Solo en la chacra experimental, hay trabajando unas 15 personas -la mitad contratados temporalmente, con una paga de unos 4 mil pesos por día- en la recolección de las uvas.
También en la chacra hay implantados olivos, granadas, avellanas y pistachos. Incluso un inversor ya compró tierras e implantó las primeras plantas de pistacho.
Emprendedores de Santa Rosa crearon una empresa, llamada PampaPist, y comenzaron a plantar recientemente plantas de pistacho compradas en San Juan. Este fruto seco tiene enorme proyección: es considerado el futuro de la agricultura en zonas áridas.
El llamado “oro verde” es sabroso, nutritivo y curativo. Se puede comer como viene: solo se le va quitando la cáscara y se consume.
Los pistachos pelados se pueden moler y agregar a cualquier batido o mezclar con yogur natural: el resultado es sano y delicioso. Pero también sirven para preparar deliciosos platos dulces y salados.
Cassone y Catena y la nueva bodega boutique
Dos son las grandes empresas que tallan en la producción de uvas en la zona: Cassone tiene 32 hectáreas de producción y proyecta 50 más. En tanto, Catena Zapata tiene 65 hectáreas implantadas y pretende sumar unas 80 más.
Las dos empresas llevan su producción a Río Negro o a Mendoza para procesar y envasar el vino. Pero eso se terminará en poco tiempo: el Estado pampeano ya anunció la construcción de una bodega boutique.
Se licitará el 29 de marzo. La bodega ya tiene su lugar de emplazamiento: será en la ruta 34 -la que conduce a 25 de Mayo-, a unos 600 metros del cruce con la nacional 152. Estará sobre una barda, tendrá vista al lago y la Villa Casa de Piedra, con un enorme ventanal. La intención es que haya degustaciones y atraiga a los turistas.
La construcción tendrá una superficie de 2.200 m2, en dos plantas. En planta baja se procesará la uva con tecnología de última generación. Y en la planta alta habrá un área destinada a la cata con vistas al lago y para los visitantes, además de la administración y la gerencia.
Más empresas interesadas
Hay otras reconocidas empresas de Mendoza que están haciendo ensayos de uvas de Casa de Piedra -como la microvinificación, es decir, la elaboración de vino en pequeñas cantidades- para avanzar con la compra de tierras y poner sus viñedos. Entre otras, las reconocidas Luiggi Bosca, Rutini y Peñaflor.
“Los inversores están sorprendidos por la calidad y los rindes”, cuenta Bigorito. “Es una calidad y una cantidad realmente alentadora para la producción vitivinícola de la provincia”, destaca. “Casa de Piedra tiene una serie de ventajas con respecto a otras zonas del país”, agrega.
Actualmente, con la disponibilidad de bombas, acueductos y de agua, hay posibilidades de inversiones en unas 800 hectáreas.
El pueblo
La villa -ubicada a 375 kilómetros al sudoeste de Santa Rosa- fue fundada en 2006, durante el Gobierno de Carlos Verna, en un sitio estratégico como enlace entre las región patagónicas y pampeanas. Actualmente el delegado comunal es Martín Borthiry.
Son unos 200 los habitantes. El pueblo cuenta con escuela primaria y secundaria, sala de primeros auxilios, una estación de servicios y un albergue.
Hay decenas de casas provinciales y municipales, construidas en la fundación, para alojar a funcionarios y empleados. También, cabañas destinadas al turismo.
El lago, desde hace unos años, ha retrocedido en forma abrumadora: se encuentra a unos mil metros del parador y la vieja playa ha sido invadido por tamariscos y otras plantas.
Con un lago con muy bajo nivel por las bajas nevadas y rutas de regular a mal estado para acceder, el turismo no ha terminado de repuntar. Tampoco son buenas las comunicaciones por teléfono celular (solo funciona Claro) e internet.
De todas maneras, se sigue invirtiendo: Borthiry decidió crear una “playita” sobre el río Colorado, que en los días de verano se llenó.
Por lo pronto, el paisaje de ingreso a la villa va cambiando poco a poco. A los costados de la ruta de ingreso, ya no solo se ven bardas: ahora hay decenas de hileras de viñedos.